parís. Hollande ha elegido la carta de la fidelidad de un político de 62 años curtido en la política municipal en Nantes, séptima ciudad del país de la que es alcalde, y en el Parlamento, donde ha dirigido el grupo socialista desde 1997. El presidente ha dejado de lado su falta de experiencia gubernamental, una rémora que ambos comparten pero que compensan con muchos años en los aledaños del poder. Los dos formaban parte del círculo más cercano del primer ministro Jospin entre 1997 y 2002 y participaban en los desayunos de los martes, donde se perfilaba la estrategia del último Gobierno socialista de Francia hasta la actualidad. Detrás de su discreción, Ayrault esconde un espíritu aguerrido que puede presumir de no haber perdido nunca una elección y que ha creado una imagen de hábil gestor al frente del Ayuntamiento de Nantes y de estratega de altura en el Partido. Cualidades que en el pasado no le sirvieron para entrar en el Gobierno.

En 1997, se quedó fuera del Ejecutivo de Jospin por una embarazosa imputación judicial en su condición de alcalde de Nantes, por la que posteriormente fue condenado a seis meses de prisión exentos de cumplimiento y a 4.600 euros de multa por la atribución fraudulenta de un contrato municipal.

Ese mismo caso, que Ayrault ha recordado que le valió la condena en tanto que primer edil y no por su implicación directa, ha estado a punto de impedirle de nuevo la entrada en el Ejecutivo. Pero Hollande, que durante la campaña prometió no rodearse de políticos condenados, ha preferido pasar por alto este asunto para confiar su Gobierno a un fiel aliado. Ayrault nació el 25 de enero de 1950 en Maulévrier, una pequeña localidad del oeste de Francia, en el seno de una familia modesta. Su padre era obrero de la industria textil. De su familia y de su entorno heredó una educación rigurosa y una profunda fe católica que le llevó a militar, en su primera juventud, en movimientos obreros de inspiración cristiana hasta que, tras ingresar en el PS en 1972, se declaró agnóstico.

En su pueblo natal conoció a su mujer y de allí ambos fueron a estudiar a Cholet y a Nantes, donde consiguieron una licenciatura de profesor de alemán, profesión que Ayrault ejerció durante 25 años, lo que permite dominar el idioma. Una herramienta que puede servirle para profundizar en la relación franco-alemana, considerada en París como el motor de la construcción europea.

En 1974 se lanzó a la conquista del Ayuntamiento de Saint-Herblain, en la periferia nantesa, hasta entonces controlado por la derecha y, con tan sólo 27 años, se convirtió en el alcalde más joven de una población de más de 30.000 habitantes. Una hazaña que impresionó al propio François Mitterrand, que le llamó a su residencia y se interesó por el joven militante que se inició en el ala más izquierdista del partido.