KUBUL. En un comunicado colgado en su página web, el movimiento integrista islámico precisó que esta ofensiva arrancará mañana "simultáneamente en todo Afganistán".
"El primer objetivo de la operación serán los invasores extranjeros, sus consejeros, contratistas y los miembros de todos los departamentos militares y de los servicios de inteligencia asociados", dijeron los insurgentes.
"Igualmente (son objetivo) los altos cargos del régimen de Kabul, y aquellos vinculados a los ministerios del Defensa, de Inteligencia y del Interior, y los miembros del Consejo de Paz", agregaron.
Los talibanes hicieron hincapié en la necesidad de "salvaguardar las vidas y bienestar de los civiles" e instaron a este colectivo a "mantenerse lejos" de las bases o convoyes militares.
También recordaron que, más de diez años después de la invasión de EEUU y la caída del régimen talibán, "el fervor de la yihad y de la lucha se fortalecen proporcionalmente" a "la crueldad y salvajismo de los invasores".
El anuncio talibán coincide con el primer aniversario de la muerte en una operación de EEUU en Pakistán del líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, y llega pocas horas después de la visita a Afganistán del presidente estadounidense, Barack Obama.
Hoy además cinco personas murieron, cuatro de ellas civiles, y 17 resultaron heridas en un doble ataque suicida perpetrado por los insurgentes contra un complejo en el que se alojaban extranjeros en las afueras de la capital afgana.
Portavoces talibanes ya habían ligado el comienzo de la ofensiva a una serie de ataques fedayines lanzados el pasado abril en Kabul y otras ciudades del este del país, aunque no habían emitido ningún comunicado formal como suelen hacer en este tipo de ocasiones.
En la primavera, al calor de la llegada del buen tiempo, se recrudecen tradicionalmente los combates en Afganistán.
Según la nota enviada hoy, el nombre de "Al-Faruq" adjudicado a la ofensiva hace referencia a un califa sucesor del profeta Mahoma dentro la tradición de la corriente suní, la mayoritaria del islam y a la que pertenecen los propios talibanes.
El conflicto afgano se halla actualmente en uno de los momentos más sangrientos.
Las tropas de la OTAN comenzaron el pasado julio su retirada progresiva del país y a transferir gradualmente la competencia de la seguridad al Ejército y Policía afganos.
Este proceso debe concluir en 2014, si se cumplen los plazos previstos.