París. El candidato socialista François Hollande retoma el liderazgo de cara a la primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas, prevista para este domingo, indicaba ayer el sondeo diario de Paris Match, en el que desde el 13 de marzo el conservador Nicolas Sarkozy aparecía como favorito.

Esa última encuesta, difundida en la edición digital de la revista, refleja que Hollande acapararía el 27,5% de los sufragios, medio punto más que el jefe del Estado y aspirante a la reelección, y a mayor distancia de la ultraderechista Marine Le Pen (16%) y del izquierdista Jean-Luc Mélenchon (14%). En la según da vuelta, prevista para el 6 de mayo, y en la línea de lo mostrado en los últimos sondeos, el socialista se mantendría vencedor con el 55% de los votos, diez puntos más de los que en principio irían dirigidos a Sarkozy. La novedad de esos datos radica en la recuperación por parte de Hollande del liderazgo en la primera vuelta, encabezada en ese sondeo desde el pasado 13 de marzo por Sarkozy, que se hizo entonces con el 28,5% de las votaciones, frente al 27,5% del socialista, el 16,5% de Le Pen y el 10% de Mélenchon.

Pero según destacan los medios esta semana, los candidatos, además de intentar asegurar votos, luchan también contra la abstención, que a juicio del diario Le Journal Du Dimanche alcanzaría en la primera vuelta el 29%, un punto por encima del récord histórico de 2002. Los dos grandes rivales dedicaron ayer sus intervenciones a criticarse mutuamente y a hacer llamamientos al voto útil para conseguir la primera plaza en la primera vuelta el próximo domingo.

Sarkozy, a vueltas con España Sarkozy se esforzó, en una entrevista en la cadena de televisión France 2, en advertir de los riesgos que tendría la llegada de los socialistas al poder, y para ello se refirió una vez más a los recortes que tienen que aplicar países como España. "¿Acaso es por gusto que los españoles, que los portugueses, que los irlandeses, que los griegos han bajado las pensiones, han bajado los sueldos de los funcionarios?", se preguntó retóricamente Sarkozy, antes de repetir que todo eso no ha sido necesario en Francia.

Denunció en particular la voluntad del candidato socialista de modificar la reforma del sistema de pensiones que él sacó adelante, así como la promesa de contratar a 60.000 personas para la educación, que contrapuso a sus esfuerzos para reducir el déficit y la deuda pública de Francia. A ese respecto, el líder conservador puso otra vez como ejemplo el caso español al recordar que Francia tiene que pagar el 3% de interés por su deuda pública, mientras España toma prestado el dinero para financiarse "al doble".

Hollande, "el voto del cambio" Hollande, en otra entrevista a la emisora de radio France Info, dijo que espera obtener tanto el voto de adhesión a su candidatura como el de "rechazo" a Sarkozy, porque "la sanción es legítima". Hollande reivindicó "el voto del cambio" e ironizó sobre la nueva posición de Sarkozy respecto al Banco Central Europeo: reclama una modificación de su papel, que se limita al control de la inflación, en favor del crecimiento económico. "Ya era hora de que llegara la lucidez al término de su mandato", comentó Hollande, antes de recordar que desde que se consensuó el tratado europeo de estabilidad, él ha indicado que si llega al poder lo renegociará. Cree que el tratado está incompleto porque solo establece disciplinas para recortar el déficit.