beirut/el cairo. El Gobierno sirio no puede responsabilizarse de la seguridad de los observadores internacionales del alto el fuego a menos que esté involucrado en "todas las operaciones sobre el terreno", según informó ayer Bouthaina Shaaban, portavoz del Gobierno y asesor presidencial.

Shaaban indicó también que Siria se reserva el derecho de rechazar a los observadores en función de su nacionalidad. Finalmente, el número total de enviados para la misión se elevará a 250 tal y como se ha acordado con Naciones Unidas. "La duración del trabajo de los observadores y las prioridades de su movimiento será en coordinación con el Gobierno de Siria porque Siria no puede responsabilizarse de la seguridad de estos observadores, a menos que coordine y participe en todas las operaciones sobre el terreno", explicó a los periodistas en Damasco. "Siria tiene el derecho (...) de aceptar o no aceptar las nacionalidades de los observadores", añadió.

más ataques Por otra parte, pese al alto al fuego y a la próxima llegada de los observadores, las fuerzas del régimen sirio intensificaron los bombardeos sobre áreas de la ciudad de Homs (centro) y causaron la muerte de al menos cinco personas, según denunciaron los grupos opositores.

El barrio más castigado por la renovada ofensiva es el de Jalidiya, que sufre el impacto constante de proyectiles y es sobrevolado por aparatos de reconocimiento, señaló la red de activistas sobre el terreno Comités de Coordinación Local.

Esta misma organización cifró en cinco el número de víctimas registradas ayer en esta ciudad, mientras que la Organización Siria de Derechos Humanos precisó que los fallecimientos se registraron en los barrios de Jalidiya y Yobar, por lanzamiento de morteros y disparos de francotiradores.

Otra persona más murió en la localidad de Wadi Barada, en la periferia de Damasco, mientras que una mujer también perdió la vida en la ciudad de Rastan, en la provincia de Homs, por las heridas sufridas el pasado miércoles.