expresidente de hungría

CON escasas competencias, el cargo de presidente en Hungría es meramente representativo y es elegido para un período de cinco años. El cuarto presidente de Hungría desde la caída del Telón de Acero ha sido el menos popular hasta ahora y es el primero en dimitir sin terminar su mandato. Está considerado como un personaje gris y sin iniciativas propias, por lo que ha sido criticado con cierta frecuencia por la oposición y la prensa.

Los errores ortográficos que comete al escribir han sido una constante fuente de chistes, tanto en la prensa como en internet. Schmitt, de 69 años, llegó a la política después de una exitosa carrera deportiva.

En 1992 consiguió el título de doctor, con una tesis summa cum laude titulada Análisis del programa de los Juegos Olímpicos modernos, que ha causado su caída, después de que la Universidad de Medicina comunicara que gran parte de la investigación consistió en la traducción literal de otras fuentes.

Desde 1993 y hasta 1997 fue embajador de Hungría en Madrid y posteriormente en Berna, y en 2004 fue elegido miembro del Parlamento Europeo, donde ejerció, hasta su elección como presidente húngaro, una de las vicepresidencias. Entre otras, fue condecorado con la Orden de Isabel la Católica, en 1997. Schmitt está casado, tiene tres hijas y su currículum oficial indica que habla inglés, alemán, español, francés y ruso.