El presidente yemení, Alí Abdalá Saleh, abandonó ayer su país rumbo a EEUU para continuar con su tratamiento médico, tras un discurso en el que prometió volver y pidió a su pueblo que le perdone "por cualquier error" cometido durante su mandato. El objetivo del viaje es proseguir con la recuperación de las heridas que sufrió en el atentado del pasado 3 de junio. Después, Saleh regresará a Saná para asistir al encumbramiento de su vicepresidente y sucesor tras las elecciones presidenciales previstas para el próximo 21 de febrero.
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