Washington. La carrera electoral republicana se calienta por momentos, en especial para el favorito en convertirse en el rival del presidente Barack Obama en noviembre, Mitt Romney. Desde que el pasado martes revelara que paga un 15% en impuestos, muy por debajo del estadounidense medio que desembolsa el 23% y del 35% que se aplica a los ingresos más altos, el exgobernador de Massachussetts y aspirante a la presidencia estadounidense se encuentra envuelto en el escándalo. La revelación se produjo durante un debate de cara a los caucus (asambleas populares) de Carolina del Sur, que tendrán lugar mañana, debido a la presión de sus contrincantes republicanos, que ahora solicitan que haga pública su declaración de impuestos, así como su patrimonio.
"Si tenemos un candidato imperfecto en el futuro se lo van a comer vivo durante la campaña electoral, tenemos que hablar ahora", pidió el gobernador de Texas, Rick Perry, que justamente ayer se retiró de la contienda electoral. Pero la polémica sobre sus finanzas no termina ahí. La cadena de televisión ABC informó la noche del miércoles que Romney tiene parte de su fortuna personal en fondos de inversión en las Islas Caimán. Según documentos oficiales consultados por el canal, el político republicano tiene al menos 8 millones de dólares en doce fondos y otra inversión valorada en hasta 25 millones domiciliada en las mismas islas.
Según expertos fiscales consultados por ABC News, Mitt Romney, uno de los aspirantes a la presidencia más ricos de los últimos tiempos, ha utilizado "diferentes técnicas" para pagar menos impuestos. En su explicación durante el debate del pasado martes, el candidato no dijo a cuánto asciende su fortuna, que se calcula en 250 millones de dólares, y se limitó a señalar que en la última década sus ingresos provienen mayoritariamente de inversiones realizadas en el pasado.
A medida que se ha ido convirtiendo en el favorito, los ataques contra Romney han ido subiendo de tono y se han centrado en sus finanzas, un aspecto que genera dudas y recelos, incluyendo los millones de dólares que ha destinado a la iglesia mormona, religión de la que es un gran devoto, y su actividad en Bain Capital, la firma de capital privado que dejó más de una década atrás. Precisamente sobre esta empresa también ha tenido que dar explicaciones en uno de los últimos debates, cuando tuvo que defenderse de las acusaciones de sus contrincantes de que en los años ochenta y noventa se dedicó a destruir empresas y empleos como especulador en inversiones de riesgo.
La mayoría de sus rivales republicanos, así como el equipo de reelección del presidente Obama, han criticado su paso por Bain Capital, una empresa dedicada a limpiar las finanzas de empresas en problemas para posteriormente venderlas -Romney dirigió la firma entre 1984 y 1999-. Diversas investigaciones independientes han demostrado que la firma fue pionera en el capitalismo más salvaje y destruyó miles de empleos. Según un análisis de The Wall Street Journal, que investigó 77 empresas saneadas por Romney, un 22% de las entidades presentaron suspensión de pagos o cerraron sus puertas años después de su venta, mientras que otro 8% perdió todo el dinero que Bain Capital había invertido en ellas. De hecho, fueron los inversores captados por Romney los que más se beneficiaron de aquellos negocios.
Iowa A la presión por sus financias y actividades empresariales, se sumó ayer un golpe electoral: el recuento oficial establece que fue Rick Santorum quien ganó en Iowa por 34 votos a Mitt Romney, a quien se le había adjudicado inicialmente la victoria por una diferencia de apenas ocho votos. Santorum, no obstante, católico y ultraconservador, no puede ser declarado todavía ganador oficialmente, porque el Partido Republicano dice haber perdido los votos de ocho de las 1.774 circunscripciones del estado. La disputa de los votos empezó cuando un representante de Ron Paul, otro de los aspirantes a la candidatura republicana, anunció hace dos semanas que, en su distrito, una errata había convertido dos votos para Romney en 22. Así, tras la revisión de todos los datos, la formación republicana descubrió errores en 131 distritos.
Este giro en el proceso de primarias del Partido Republicano llega en un momento de horas bajas para Santorum, sin embargo, más que el exsenador quien podría verse beneficiado del anuncio de ayer es Newt Gingrich, quien encabeza junto a Romney las encuestas de cara a los caucus de Carolina del Sur, el próximo estado en celebrar primarias. Dos encuestas de las cadenas NBC y CNN ya muestran que la distancia entre ambos se ha recortado en los últimos días. Según los sondeos, Romney tiene en estos momentos una ventaja de 10 puntos sobre Gingrich, frente a los casi 20 puntos que les separaban días atrás. Otra importante baza en favor de Gingrich es el apoyo recibido por parte del gobernador de Texas, Rick Perry, quien ayer abandonó la carrera por la candidatura republicana tras el hundimiento en las encuestas debido a sus constantes meteduras de pata. El expresidente de la Cámara de Representantes también ha obtenido el respaldo de Sarah Palin, una de las líderes del influyente movimiento Tea Party.
Los contras de Gingrich En su contra frente a Romney, que presume de matrimonio y familia perfecta, tiene la aparente incoherencia entre sus valores conservadores y su vida personal, marcada por infidelidades matrimoniales -se casó en terceras nupcias con la que fue su amante-. Al respecto, su segunda mujer, Marianne, reveló ayer en una entrevista con la cadena ABC que Gingrich le propuso tener "un matrimonio abierto" para poder mantener una relación con su entonces amante y ahora esposa, Callista. "Vino y me dijo que quería seguir casado conmigo y todavía mantener una relación con su Callista", según Marianne.