londres. La acampada de los indignados en Londres causó ayer la segunda dimisión en la catedral anglicana de San Pablo y dejó en segundo término el verdadero motivo de la protesta: los excesos del sistema financiero. Graham Knowles, deán (segundo en la línea de mando después del obispo) de San Pablo, renunció ayer con efecto inmediato por la discutida gestión de la Iglesia anglicana de esta protesta, después de que la semana pasada el número tres de la catedral, Giles Fraser, también dimitiese. La dimisión de Knowles, un cargo de designación real, se produce tras la notificación a los activistas de que cuentan con 48 horas para levantar sus tiendas, instaladas en pleno centro financiero de Londres y a los pies de la catedral.