túnez. El movimiento islamista tunecino Al Nahda se ha impuesto sin excepción en todas las provincias en las que ya concluyó el recuento de las elecciones del domingo, mientras que sus líderes en la capital ya han iniciado los contactos para formar las nuevas instituciones. La Instancia Superior Independiente Electoral (ISIE) ofreció ayer nuevos datos hasta completar 10 provincias escrutadas, dos de ellas con circunscripción doble (la industrial Sfax y la turística Nabel), y la suma total de escaños da como resultado que Al Nahda obtiene 41 escaños de los 94 que estaban en liza (de un total de 217 con que cuenta la Asamblea Constituyente). Al Nahda obtiene en todos los casos porcentajes muy altos, cercanos al 40% de escaños, siendo el menor el logrado en Sfax, donde sacó 7 de los 16 escaños en juego.

Aunque faltan los resultados de la capital (que incluye también dos circunscripciones), parece muy difícil que pueda cambiar la tendencia establecida en todo el país: una clara victoria de Al Nahda sobre todos los partidos, que tienen un voto muy fragmentado y que en la mayoría de los casos logran, todos juntos, porcentajes similares a los de Al Nahda en cuanto al voto popular. Además, el modo de representación proporcional de la ley electoral tunecina, que "corrige" de algún modo el peso de las mayorías, ha hecho que la victoria de Al Nahda sea menos contundente en escaños que en número de votos, ya que los islamistas han superado en varias provincias la mitad de los sufragios. Si bien se había anunciado que los resultados totales estarían listos en la tarde de ayer, la ISIE dejó en el aire el momento en que podrá comunicar finalmente esos resultados.

denuncias de fraude Un grupo de jóvenes, que el lunes eran apenas 50 y ayer sumaban ya varios centenares, se acercaron al lugar donde ISIE estaba desgranando sus resultados para protestar por el supuesto "fraude" cometido en las elecciones del domingo. Convocados a través de las redes sociales, estos jóvenes, todos ellos simpatizantes de partidos laicos y muchos también protagonistas de la revolución que en enero tumbó al régimen de Ben Ali, acusaron a Al Nahda de comprar votantes y de contravenir así sus propios principios islámicos. Sin embargo, los partidos laicos, grandes perdedores en estas elecciones, se abstuvieron de sumarse a estas voces de protesta y parecen dan por buenos los resultados.