Trípoli. Miles de libios han iniciado un nuevo éxodo, esta vez en Sirte, aprovechando un breve cese temporal de los enfrentamientos entre insurgentes libios y leales al coronel Muamar el Gadafi. El Comité Internacional de la Cruz Roja calcula que más de 10.000 de los 70.000 habitantes de la ciudad libia han huido ya, aunque las organizaciones humanitarias advierten de que hay miles de personas atrapadas entre los combates. "Estamos aprovechando el breve alto al fuego para salir de la ciudad, ya que la situación humanitaria está empeorando", relató un habitante de Sirte a Al Arabiya. Según el canal de televisión, las familias abandonaban el bastión gadafista en vehículos cargados con sus pertenencias o a bordo de camionetas.

El Consejo Nacional de Transición (CNT) declaró el viernes un alto el fuego de 48 horas para permitir a los civiles abandonar la ciudad, pero el equipo de la Cruz Roja Internacional pudo constatar que seguía habiendo algunos combates durante el fin de semana. Los enfrentamientos continuaron ayer y los insurgentes anunciaron haber tomado el control de Qasr Abu Hadi -en la periferia de Sirte-, localidad en la que nació Gadafi bajo una tienda beduina en 1942, después de una semana de encarnizados combates. Los rebeldes cercaron este objetivo hace tres días, aunque tuvieron que hacer frente a una resistencia enconada por parte de las fuerzas fieles al antiguo régimen.

La conquista de la cuna del dictador está resultando más difícil de lo esperado y está costando decenas de muertos y heridos. En los últimos días, los insurgentes utilizaron carros de combate y cañones de largo alcance para golpear las posiciones gadafistas, mientras que aviones aliados de la OTAN bombardeaban la zona. Pero, este ataque combinado no parece que haya conseguido todos sus objetivos, ya que un importante contingente de fuerzas leales a Gadafi han tomado posiciones en el corazón de la ciudad libia.

Crisis humanitaria La batalla de Sirte, que se inició hace tres semanas -después de que los rebeldes se hicieran el pasado agosto con el control de Trípoli y comenzara así la caída del régimen de Gadafi-, está provocando una profunda crisis humanitaria en uno de los últimos bastiones gadafistas junto a Beni Walid. Los combates de ayer obligaron al convoy de la Cruz Roja que trataba de llevar suministros a los habitantes atrapados a dar marcha atrás. Los enfrentamientos se suceden mientras el agua, los alimentos, la electricidad y el material médico empieza escasear. Según la organización internacional, la falta de combustible y oxígeno está costando muchas vidas.

"Los rebeldes han garantizado la seguridad de la Cruz Roja Internacional, pero tan pronto como entraron en la ciudad dieron media vuelta debido a los disparos de la milicia gadafista", precisó ayer un comandante de las fuerzas del CNT. "Hace una semana que no puedo dormir de noche. Ha habido muchos combates. Ya no tenemos agua, ni medicamentos, ni electricidad. Muchos habitantes escaparon, algunos murieron, otros se quedaron", señaló a Afp un habitante de Qasr Abu Hadi.

"Estamos atrapados entre dos fuegos. Los hombres de Gadafi se esconden en nuestras granjas, y los insurgentes disparan obuses desde el otro lado. Hace dos días, cinco miembros de una familia murieron cuando un cohete cayó en su casa, no sabemos quién disparó ese cohete", se queja otro habitante. Según los insurgentes libios, miles de civiles son mantenidos como rehenes y son usados como escudos humanos por parte de las fuerzas leales a Gadafi que defienden la ciudad de la ofensiva insurgente.