EL CAIRO. Los opositores Comités de Coordinación Local indicaron que diez de las víctimas perdieron la vida durante un bombardeo indiscriminado lanzado por el Ejército, con la ayuda de fuerzas de seguridad y matones del régimen, en la zona de Baba Amro, ubicada en la central provincia de Homs.

Otra persona falleció tiroteada desde un vehículo blindado cuando se dirigía a su trabajo en la misma zona, mientras que un hombre fue asesinado con diez disparos por parte de las tropas sirias en uno de los accesos a la localidad de Saraqeb, ubicada en la norteña provincia de Idleb.

El mismo grupo opositor denunció que otros dos civiles murieron en la aldea AL Ramy, también situada en Idleb.

Además, unos cincuenta jóvenes fueron arrestados en redadas de seguridad en dos barrios de la ciudad de Hama, en el norte del país, mientras que otras veinticinco personas fueron detenidas en la ciudad de Alepo, en el norte de Siria.

Por su parte, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos indicó que un contingente mixto de soldados y agentes del orden llevaron a cabo una redada en la aldea de Heet, ubicada cerca de la frontera entre Siria y Líbano, y detuvieron a nueve civiles y destruyeron los muebles de algunas viviendas de esa localidad.

En la víspera, al menos 16 personas perdieron la vida y decenas resultaron heridas y detenidas durante la jornada de protestas bautizada con el nombre de "Viernes de la Protección Internacional".

Las manifestaciones exigen la caída del régimen sirio y protección internacional, esto es, la presencia de organismos internacionales que permita evitar más derramamiento de sangre.

Desde el pasado mes de marzo, el régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, ha reprimido con extrema dureza las protestas en su contra causando la muerte de al menos 2.085 civiles y 529 miembros de las fuerzas del orden, según cifras del Observatorio, sin que los llamamientos de la comunidad internacional para detener la violencia hayan dado resultado.