Argel. La sesión inaugural de la conferencia internacional sobre terrorismo en la región del Sahel, celebrada ayer en Argel bajo el lema "la asociación en las esferas de la seguridad y el desarrollo", acabó dominada por lo que se ha calificado como "la nueva situación creada por el conflicto libio". Tanto de manera abierta, como dándolo por supuesto, los participantes consideran de manera unánime que el conflicto en Libia ha influido negativamente en la franja Sahel-Sahariana, al menos en lo referente a la cuestión de seguridad.

La primera fuente de preocupación para los participantes es la circulación de armamento "en cantidades alarmantes", lo que ha beneficiado a la organización Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), que ha hecho de la zona del Sahel, especialmente Mauritania, Argel, Chad y Mali, su principal foco de actividad. El otro factor citado por los ponentes es el retorno masivo a sus países de origen de los trabajadores extranjeros establecidos en Libia y que, enfrentados a dificultades económicas y sociales, podrían convertirse en nuevos reclutas de AQMI.

Manuel López Blanco, representante de la Unión Europea (UE) en la reunión, en la que no participó el Consejo Nacional de Transición Libio (CNT), consideró que la crisis libia supone un "nuevo reto para una región, que ya tiene un situación compleja".