Bengasi. El portavoz militar de los rebeldes, Ahmed Omar Bani, confirmó ayer la muerte de Hamis, uno de los hijos del depuesto líder libio Muamar Gadafi, en los combates que tienen lugar en Tarhuna, localidad situada a 90 kilómetros al suroeste de la capital libia, Trípoli.
En una rueda de prensa en un hotel de Bengasi, capital de los revolucinarios, Omar Beni explicó que tanto Hamis como Muhamad Sanusi, uno de los hijos del jefe de los servicios de Inteligencia Militar del anterior régimen, Abdalá Sanusi, perdieron la vida en esa localidad de Tarhuna.
El pasado día 29, el canal televisivo Al Arabiya, citando a una fuente rebelde, afirmó que Hamis, comandante de la brigada de élite del mismo nombre, había fallecido el día anterior en un combate en Tarhuna.
Hamis, nacido en 1978, participó como jefe militar en la represión de las manifestaciones que estallaron el 17 de febrero en Libia y que desembocaron en la presente guerra civil que prácticamente ha derrocado al régimen del coronel.
Con la confirmación de la muerte de Hamis y tras la huida a Argelia de tres de los hijos de Gadafi, continúan en paradero desconocido Seif al Islam, la cara mediática del régimen y el más probable sucesor de su padre en el poder; Saadi, exfutbolista y Mutasim, jefe del Consejo de Seguridad Nacional.
Por otro lado, el jefe del Estado Mayor del Consejo Nacional de Transición libio (CNT), Abdul Hakim Beldhaj, informó ayer de que las fuerzas insurgentes han averiguado el paradero del líder libio, Muamar Gadafi, pero no proporcionó detalles sobre su localización exacta, según informó la cadena panárabe Al Jazeera.
El portavoz de Gadafi, Musa Ibrahim, había informado a primera hora de ayer de que el coronel seguía en el país, "rodeado de gente que está preparada para protegerle".
Entrega de Bani Walid En otro orden de cosas, las tribus de la ciudad libia de Bani Walid, situada en el oeste del país, están negociando con los rebeldes la rendición de la localidad. Bani Walid es uno de los últimos enclaves aún controlados por los gadafistas y se cree que altos cargos del régimen, incluido el propio Gadafi, podrían haberse refugiado en la localidad.
A primera hora de ayer, un representante del CNT había informado de que las conversaciones se habían roto y que sus combatientes estaban preparados para hacerse con el control de la ciudad por la fuerza. Sin embargo, horas más tarde, representantes de las tribus llegaron al control rebelde establecido en el frente, situado a 60 km de Bani Walid.
"No queremos resolverlo militarmente", señaló el representante del CNT, Abusif Ghnyah. "No queremos disparar ni un solo tiro. No queremos sangre", añadió.
Ghnyah informó además de que una veintena de gadafistas controlan el centro de Bani Walid.