Londres. Scotland Yard se hundió ayer en una grave crisis por la dimisión en apenas 24 horas de sus dos principales responsables por el escándalo de las escuchas telefónicas del tabloide News of the World, que cada día pone más presión sobre el primer ministro británico, David Cameron. El premier se vio forzado ayer a comunicar desde Sudáfrica que el Parlamento no se irá aún de vacaciones y celebrará mañana una sesión extraordinaria para debatir el caso de los pinchazos telefónicos y sobornos a policías del tabloide de Rupert Murdoch, que desde el viernes ha causado cuatro dimisiones.
El subcomisario jefe de la Policía Metropolitana, John Yates, renunció ayer a su puesto tan sólo un día después de que lo hiciera por sorpresa su jefe, Paul Stephenson, en ambos casos por sus vínculos con un exsubdirector de ese periódico, Neil Wallis, que fue detenido la semana pasada.
También dimitieron el viernes dos altos ejecutivos (Rebekah Brooks y Les Hilton) de las empresas de Murdoch, que hoy deberá responder ante el Parlamento británico de las escuchas telefónicas de su tabloide realizadas al parecer durante años a famosos, políticos y gente corriente, además de a víctimas de los atentados terroristas del 7-J en Londres y de los familiares de soldados británicos muertos en Afganistán e Irak.
Investigación El subcomisario John Yates estuvo a cargo de la primera investigación policial de las escuchas ilegales del News of the World en 2006, pero tres años después la dio por cerrada sin haber revisado todas las pruebas. Ahora, Yates y Stephenson serán investigados por parte de la Comisión Independiente de Quejas Contra la Policía (IPCC) por sus relaciones con periodistas del ya desaparecido News of the World.
Ante la gravedad de la situación en Scotland Yard, la ministra británica de Interior, Theresa May, se mostró ayer decidida a investigar la supuesta corrupción policial en el caso de las escuchas ilegales. La ministra, en una declaración en el Parlamento, anunció que ha pedido a un organismo dependiente de su departamento que investigue las graves alegaciones de corrupción policial y abuso de poder en las relaciones de los agentes con los medios de comunicación. Además, May anunció una investigación sobre las relaciones de la Policía Metropolitana con los medios, con el fin de garantizar en el futuro "la máxima transparencia y confianza del público".
La respuesta de la ministra de Interior no ha evitado que la oposición y los medios presionen a Cameron para que responda por haber contratado a Andy Coulson, ex director del ahora desaparecido dominical en la época de las escuchas del rotativo, como su jefe de prensa. Coulson -que ha sido detenido, interrogado y liberado bajo fianza en relación con el caso- dimitió el pasado enero del Gobierno, pero su nombre es constantemente invocado por la oposición en los Comunes para atacar al Gobierno.
Viaje polémico Durante su visita oficial a Sudáfrica, David Cameron tuvo además que defender ayer su viaje al exterior en momentos en que este escándalo amenaza con salpicarlo. "Es importante que el primer ministro salga y apoye los negocios británicos cuando necesitamos la inversión, el crecimiento y los empleos en el país", afirmó Cameron entre una nube de preguntas sobre la sensatez de viajar en un momento tan delicado.
Su gira fue vista por algunos diputados de la oposición como un intento de "huir del país" en esta grave crisis, si bien el premier ha recortado su viaje en dos días y ayer mismo adelantó su regreso en siete horas para preparar su comparecencia en la Cámara de los Comunes.
El líder laborista, Ed Miliband, pidió al primer ministro que se disculpe por su "error catastrófico" de haber contratado a Coulson. "Necesitamos liderazgo para llegar a la verdad. Pero David Cameron no actúa por las decisiones (que ya ha tomado) y por su falta de voluntad para afrontarlas", añadió Miliband.