Lisboa. El nuevo Ejecutivo conservador de Portugal ha incluido en su programa de Gobierno, publicado ayer, la suspensión del proyecto de tren de alta velocidad (TAV) con España, aunque contempla su posible revisión con otros costes y calendario. Tal como se anunció en la campaña electoral, el programa de gestión del primer ministro luso, Pedro Passos Coelho, entregado ayer en el Parlamento, señala que el proyecto ferroviario no seguirá adelante, aunque ya se hayan adjudicado la mitad de las obras en suelo luso. Según el documento, que será discutido en los próximos días en la Asamblea Legislativa, el futuro ferrocarril, que tiene fondos europeos y en España está muy avanzado, puede volver a evaluarse valorando "nuevas condiciones" y la situación jurídica de los contratos ya firmados.
El programa de la coalición conservadora que gobierna Portugal incluye muchas otras medidas de ahorro ya previstas para frenar la crisis económica que sufre el país y hacer frente a los compromisos de su rescate financiero internacional.
Junto a las privatizaciones de entidades públicas, reducción de costes e inversiones estatales y reformas laborales o administrativas anunciadas por Passos Coelho, el documento señala que, en materia de transportes, se tendrá en cuenta la situación de "restricción financiera y presupuestaria".
Sobre el TAV, "el proyecto podrá sujetarse a una revaluación, incluyendo su contenido y calendario, en una óptica de optimización de costes, a la luz de nuevos condicionamientos y que deberá tener en cuenta el estatuto jurídico de los contratos ya firmados", señala el texto. La entrada en servicio del TAV entre Lisboa y Madrid estaba prevista para 2013 y su tramo luso más largo, de 150 kilómetros entre las localidades de Poceirao y Caia, en la frontera de Badajoz, fue adjudicado en 2010 al consorcio ELOS, cuyo coste era de 1.500 millones de euros.
Además de este tramo, Portugal debía aún adjudicar el segmento más corto, entre el centro de Lisboa y Poceirao, cuyo coste, pese a cubrir solo 50 kilómetros, subía a 1.900 millones de euros por incluir un nuevo puente sobre el Tajo. El anterior Gobierno, dirigido por el dimisionario socialista José Sócrates, insistió en realizar el proyecto, pese a las críticas de la oposición.
Los proyectos del TAV entre Portugal y España fueron revisados en 2009 y ambos gobiernos acordaron retrasar la conexión entre Vigo y Oporto, prevista también para 2013. El Ejecutivo socialista dio además marcha atrás en 2010 al proceso de adjudicación del tramo Lisboa-Poceirao, que no fue sacado de nuevo a concurso por los problemas financieros del país.