Miami. Medio siglo después de la visita de John F. Kennedy en 1961, Barack Obama aprovechó su visita de cuatro horas a Puerto Rico para analizar con el Ejecutivo la celebración de una consulta local sobre el estatus político de la isla y la puesta en marcha de medidas para mejorar la deteriorada y maltrecha economía.

"Los residentes en la isla van a tener la oportunidad de decidir sobre su futuro y cualquiera que sea la decisión será apoyada por mi administración", dijo el mandatario, en un discurso pocos minutos tras llegar a San Juan de Puerto Rico. Obama afirmó que la materialización de la consulta popular para decidir el futuro del país fue propuesta por una comisión presidencial encargada de revisar el sentimiento de los puertorriqueños.

Puerto Rico es en la actualidad un estado libre asociado, donde sus habitantes no participan en las elecciones estadounidenses, aunque utilizan la misma moneda y sirven al ejército.

tinte político Pero la visita de Obama a la Isla del Encanto, con una duración de cinco horas, tiene un cariz mucho más electoral. Los demócratas están enfrascados en la conquista de los 4,6 millones de electores de origen puertorriqueño que viven en territorio continental estadounidense, 850.000 de los cuales en Florida.

"Déjenme explicarles la visión que yo tengo para Puerto Rico. Vamos a dar a los puertorriqueños las herramientas que necesitan para construir su futuro. Vamos a crear más empleos aquí en puerto Rico y en toda la nación", dijo Obama en un discurso que apenas duró 10 minutos, profundamente aplaudido, en un hangar del aeropuerto de San Juan.

"Las aspiraciones y las luchas de esta isla son iguales a las de Estados Unidos. Pero no tengamos ilusiones. La economía ha mejorado un poco pero todavía no hemos llegado a donde debemos llegar. Todavía no hemos llegado", advirtió el mandatario.

Según los analistas políticos, el voto puertorriqueño está cobrando una fuerza muy similar a la que obtuvieron en Cuba hace unos 20 años y el Partido Demócrata mira al voto puertorriqueño como un contra punto al voto cubano, republicano desde sus inicios electorales.

Los puertorriqueños son la mayoría en el área metropolitana de Orlando, considerada una de las más prósperas del estado de Florida.

El Partido Demócrata empezó a pensar en el electorado, cuando el actual presidente ganó allí hace tres años. Primera y única vez que un candidato demócrata ganaba en Orlando desde los años 40.