londres. El ministro principal escocés, Alex Salmond, dijo ayer que su prioridad será ampliar las competencias de Escocia, sobre todo las económicas, dentro del Reino Unido antes de convocar un referéndum por la independencia de esa nación histórica, lo que planea hacer hacia el final de su mandato. En una intervención en Londres, el líder del Partido Nacionalista Escocés (SNP), ganador con mayoría absoluta (69 de 129 escaños) en las elecciones autonómicas del pasado 5 de mayo, adelantó que su primer objetivo será mejorar la llamada ley de Escocia, que actualmente analiza el Parlamento británico y con la que se transferirán poderes a esa autonomía. "Durante la campaña el SNP dijo que impulsaría cambios a la ley para acelerar la recuperación de la recesión. Vamos a dar prioridad a medidas de creación de empleo como la adquisición de competencias para pedir préstamos y un mayor control sobre el impuesto de sociedades", indicó. Salmond, que ya gobernó en Escocia en minoría de 1997 al 2011, recordó que, pese a su estatus de nación histórica, las competencias económicas de Escocia "son inferiores a las que tienen el País Vasco o Catalunya en España, los landers alemanes o la propia Isla de Man en el Reino Unido". Otra prioridad de su Gobierno será obtener los derechos de gestión de los terrenos de la Corona británica en Escocia -cuyos beneficios de explotación van al Gobierno central-, para poder así beneficiarse de la riqueza que hay en las aguas escocesas. El SNP aspira, por ejemplo, a poder otorgar licencias a proyectos de energía renovable, dentro de su plan de convertirse en uno de los territorios más ecológicos del planeta, con el compromiso ya asumido de reducir las emisiones de carbono en un 80% para el 2050.

El Gobierno independentista escocés también aspira a tener más control sobre los impuestos al alcohol y aumentar la presencia de Escocia en las instituciones europeas, así como descentralizar el control sobre los medios de comunicación, precisó. Tras resolver estas prioridades inmediatas, Salmond se propone empezar la campaña por la independencia, con la celebración de un referéndum cuya fecha y pregunta exactas no quiso concretar.

independiente y ecológica Como nación independiente, señaló, Escocia aspirará a ser "un buen vecino y ciudadano responsable del mundo", liderando iniciativas de beneficio global como las ecológicas. Con un 25%o de la energía mareomotriz del mundo y un 10% de la procedente de las olas, se propone liderar la investigación en energía marina y tecnología eólica de altamar. Según Salmond, una Escocia independiente no tendría armas de destrucción masiva -actualmente acoge el sistema británico Trident de disuasión nuclear-, y nunca se vería involucrada en "una guerra ilegal e inmoral como la de Irak". Durante su intervención ante la prensa, el político, execonomista del Royal Bank of Scotland, recordó que su proyecto de independencia pasa por reclamar para Escocia todas las competencias políticas (para decidir sobre participación en guerras o su estatus en la UE) y económicas (para controlar sus recursos) pero sin dejar de pertenecer al Reino Unido, al igual que Australia o Canadá son países independientes bajo el reinado de Isabel II. "Estamos orgullosos de que su majestad sea la reina de los escoceses", declaró, para precisar que hay precedentes históricos de una Escocia independiente pero bajo la soberanía de un rey británico.

habrá referéndum En cuanto a proyección internacional, la posible futura Escocia aprovecharía su capital humano en el mundo, de la misma forma que Irlanda aprovecha su diáspora para aumentar su influencia en el escenario global. Salmond descartó totalmente que, si los escoceses votaran por la independencia en referéndum, el Gobierno británico o Inglaterra intentaran oponerse, y recordó que "desde Wilson o Thatcher hasta el primer ministro actual, David Cameron, han dicho que respetarían la voluntad del pueblo escocés". "Si no somos independientes ahora y no lo llegamos a ser en el futuro, no será responsabilidad de nadie más que de nosotros mismos", recalcó el carismático político. "Tendremos la oportunidad de votar sobre ello: si la aprovechamos, bien; si no, será culpa nuestra", concluyó.