Washington. El monopolio europeo al frente del FMI está en peligro tras la salida forzosa de Dominique Strauss-Kahn como jefe del organismo ya que los países emergentes redoblan su presión para cambiar el proceso de selección del nuevo director gerente. Y es que la dirección del Fondo Monetario Internacional ha recaído tradicionalmente sobre un europeo en virtud de un pacto de caballeros forjado tras el final de la II Guerra Mundial y que garantiza la presidencia del Banco Mundial a un estadounidense. Pero ese sistema peligra, aunque la Unión Europea (UE) trataba de cerrar filas ayer para mantenerlo probablemente en la persona de la actual ministra de Finanzas francesa, Christine Lagarde. Pocas horas después de Strauss-Kahn se viera obligado a dimitir desde prisión tras las acusaciones de intento de violación que pesan sobre él y que le llevarán al banquillo de los acusados, se declaraba la guerra por la sucesión.

Desde el viejo continente se defendía que el nombramiento de un europeo al frente del FMI sería la elección "natural porque la UE es el principal contribuyente del Fondo". Lo decía la portavoz jefa de la Comisión Europea, Pia Ahrenkilde. Pero no era la única: el presidente galo, Nicolás Sarkozy, añadía, en referencia a Legarde, que la UE está en condiciones de presentar una candidatura "de mucha calidad", mientras el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, abogaba por una "posición común europea" que dé lugar a "una candidatura única". Esta iniciativa ya había sido respaldada por la canciller alemana, Angela Merkel, desde Berlín: "Debemos de proponer un candidato europeo", afirmó.

El presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, remachaba la argumentación diciendo que "para la estabilidad del FMI, sería bueno que un europeo acabe el trabajo desarrollado por Dominique Strauss-Kahn, ya que el FMI ha debido enfrentarse a los rescates de varios países de la zona euro en el último año".

críticas Sin embargo las cosas se ven distintas desde los países emergentes, que exigen que la estructura de poder en el FMI y el Banco Mundial, refleje mejor el equilibrio de fuerzas en la economía global. "La composición de la cúpula de poder debería de reflejar mejor los cambios en la estructura de la economía global y representar mejor a los mercados emergentes", afirmaba en un comunicado el gobernador del Banco Central chino, Zhou Xiaochuan.

En la misma línea se pronunciaba el ministro de Finanzas filipino, César Purisima, al decir que "como Asia es el motor de crecimiento de la economía global, Asia debería de asumir las riendas del FMI".

Desde Latinoamérica, llegan peticiones similares. El ministro de Hacienda de Brasil, Guido Mantega, negó que el país ya tenga un candidato, pero precisó a los periodistas que "estamos discutiendo procedimientos y criterios para que los emergentes participen activamente" en la elección del sucesor de Strauss-Kahn. Mantega decía el miércoles en una nota de su despacho que Brasil ya había enviado una carta hace días a sus homólogos del G-20 para pedir otros criterios para la elección del director del FMI.

Así las cosas, unos y otros miraban a Washington. Allá el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, tomaba un discurso salomónico e instaba a una sucesión "rápida" en el FMI abogando por un proceso "abierto", lo que podría implicar que EEUU tenga que renunciar a su privilegio de elegir al titular del BM. Pero la Casa Blanca sabe que esa no es la cuestión ahora ya que el debate se centra exclusivamente en el FMI.