Washington. Las fuerzas estadounidenses finalmente encontraron al líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, no en las montañas de Afganistán, sino en un recinto residencial (dicen que en una mansión de un millón de dólares) situado en Abbottabad, un enclave exclusivo reservado para las elites militares y políticas paquistaníes a poco menos de 60 kilómetros de Islamabad. Allá vivía junto a varias de sus mujeres y algunos de sus hijos. La mayor amenaza de Occidente duró apenas un suspiro frente al ataque coordinado y "de precisión quirúrgica" desplegado por una veintena de soldados de elite norteamericanos que, en dos helicópteros y sin contar con la autorización del gobierno de Pakistán, llegaron, mataron a cinco personas (el propio Bin Laden, uno de sus hijos, su mujer más joven y dos correos), detuvieron a 17 de los residentes y se marcharon sin más. Todo, en menos de cuarenta minutos.
La operación, perpetrada en la madrugada de lunes (hora paquistaní, la tarde del domingo en Estados Unidos), tiene no obstante puntos negros y, el principal de ellos es que, pese a las informaciones de la Casa Blanca, no hay pruebas físicas de la muerte de Bin Laden (dicen que falleció de un disparo en la cabeza). Aseguran desde Washington que se han hecho pruebas de ADN que han dado positivo y que hay fotos del cadáver, pero ni una cosa se van a hacer públicas por el momento.
La otra duda es qué se ha hecho con el cadáver del líder de Al Qaeda. Al parecer, los norteamericanos lo habrían lanzado al mar "tras haber sido tratado acorde con la tradición musulmana". El objetivo de esta acción, que los mahometanos no reconocen como válida y que según su ley es un ultraje, sería evitar que se cree un santuario al que pudieran peregrinar los adeptos del fallecido. Eso sí, tampoco hay pruebas de que el cuerpo se encuentre en el Índico.
Además de los cinco muertos confirmados, las diferentes informaciones hablan de 17 detenidos más, entre los que podrían encontrarse dos esposas y cuatro hijos más de Bin Laden. El paradero de los arrestados tampoco se conoce.
localizado desde Agosto Las comandos estadounidenses, pertenecientes a los grupos SEAL, llevaban ensayando la intervención desde principios de abril en una réplica exacta del complejo residencial de tres pisos y media hectárea de extensión donde estaba oculto Bin Laden. Y es que el terrorista más buscado del mundo hasta ayer había sido localizado, al parecer, hacía ya meses, concretamente en agosto de 2010.
El seguimiento de uno de los correos de Al Qaeda, identificado por varios de los reclusos internados ilegalmente en Guantánamo, habría posibilitado su localización. O al menos así lo mantienen los estadounidenses que, de esta forma, también legitiman la utilidad del centro de detención ubicado en Cuba. "Los detenidos identificaron a este hombre como uno de los pocos correos de Al Qaeda en los que confiaba Bin Laden. Indicaron que podría estar viviendo con Bin Laden o protegido por él", explicaba un alto responsable de la Administración estadounidense.
Según el relato de la Casa Blanca, fue en noviembre cuando "los agentes descubrieron que este correo residía en el complejo residencial, valorado en más de un millón de dólares, en Abbottabad". "La conclusión de nuestro análisis fue que teníamos gran confianza en que el recinto albergaba a un objetivo terrorista de alto valor. Los expertos que trabajan en esta cuestión durante años consideraron que había una gran probabilidad de que el terrorista que estaba escondido fuera Osama Bin Laden", explicaba otro responsable.
La confirmación llegaría a principios de este año junto a la constatación de que el líder de Al Qaeda jamás salía de esa residencia que, a tenor de la versión norteamericana y pese a que las fotos no parecen demostrarlo, era "una auténtica fortaleza".
bunquer "El complejo contaba con dos puertas de seguridad y muros de tres metros de alto coronados con alambre de espino y estaba construido específicamente para albergar a un objetivo de alto valor", explicaban las fuentes. El edificio, "como ocho veces el tamaño de las casas cercanas", se encuentra en un vasto terreno que estaba "relativamente apartado cuando fue construido en 2005, si bien desde entonces se han construido otras casas cerca". "Entre las medidas de seguridad había muros de entre 3,6 y 5,5 metros de altura y muros internos que dividían en distintas zonas el recinto", según los responsables de la operación. "Dos puertas de seguridad restringían el acceso y los residentes quemaban su basura, en lugar de dejarla para que se la recogieran, como el resto de vecinos", añadían. Pocas de las ventanas del edificio daban al exterior y la terraza contaba con un muro de privacidad de 2,1 metros de alto. "También es de destacar que la propiedad está valorada en un millón de dólares pero no tiene teléfono ni servicio de Internet", añadían. Sin embargo, entrar en ese bunquer, matar a Bin Laden, detener a sus colaboradores y marcharse, les costó 40 minutos a los SEALs.