Washington. Las devastadoras tormentas de esta semana se han cobrado ya 342 vidas en Estados Unidos, que afronta la resaca del temporal más letal en su territorio desde 1925 ante un panorama que recuerda al dejado por el huracán Katrina en 2005. Los 288 tornados que sacudieron el sur y el este del país entre el martes y el jueves dejaron tras de sí una estela de inundaciones, edificios derruidos y cientos de desaparecidos, buscados desde entonces sin descanso por sus familiares y los equipos de emergencia.
El temporal costó la vida a al menos 254 personas en Alabama, 34 en Tennessee, 33 en Mississipi, 15 en Georgia, 5 en Virginia y una en Arkansas, según los datos actualizados ayer por los estados. Es el peor saldo de víctimas de una tormenta desde 1925, cuando una brutal borrasca dejó 747 víctimas mortales en siete estados, y el segundo peor del que se tiene constancia en los registros nacionales, que datan de 1680. Aunque el último gran desastre natural que vivió el país, el del Katrina, dejó un rastro cinco veces más letal, con hasta 1.800 muertos, muchos recuerdan la imagen de destrucción que dejó en Nueva Orleans cuando contemplan las ciudades arrasadas.
En Tuscaloosa, una localidad de Alabama convertida en símbolo del desastre por las 45 muertes que ha registrado, las casas semiderruidas muestran las mismas marcas en forma de cruz que las autoridades trazaron hace casi seis años en los edificios de Nueva Orleans para facilitar el recuento de muertos y desaparecidos. No obstante, entre sus habitantes predomina la impresión de que la respuesta general del Gobierno de Barack Obama ha sido, hasta el momento, más diligente que la desplegada por el ejecutivo de George W. Bush ante la catástrofe de 2005.
"No tenemos muchas razones para quejarnos del Gobierno. Todo el mundo aquí se siente seguro de que recibiremos ayuda", dijo a The New York Times Axavier Wilson, un joven que sobrevivió al temporal encerrado en un armario mientras el viento se llevaba el resto de su casa. Con la lección aprendida tras las críticas que le costó su retraso en viajar al Golfo de México después del accidente en la plataforma de BP, Obama se apresuró en programar un viaje a Tuscaloosa 40 horas después de los tornados. "Vamos a asegurarnos de que nadie se olvide de vosotros", prometió en el viernes en Alabama.