saná. Al menos 17 manifestantes murieron ayer después de que las fuerzas de seguridad yemeníes abrieran fuego contra una protesta antigubernamental en la ciudad de Taiz, al sur de Saná, según informó una fuente médica. Asimismo, hombres armados dispararon contra manifestantes en Hudaida, en el mar Rojo.
Además de los 17 fallecidos, hay 30 heridos de bala, la mitad de los cuales se encontrarían en estado crítico. Además, numerosas personas tuvieron que ser atendidas como consecuencia de la inhalación de los gases lacrimógenos empleados por las fuerzas de seguridad.
Previamente, testigos habían informado de que la Policía yemení había realizado disparos por encima de las cabezas de manifestantes que trataban de irrumpir en el principal edificio gubernamental de Taiz. "El régimen nos ha sorprendido con la amplitud de esta matanza. No creo que la gente haga otra cosa que presentarse a pecho descubierto para vaciar al Gobierno de toda su munición", señaló el parlamentario Mohamed Muqbil al Hamiri en declaraciones a Al Jazeera.
Entretanto, en la ciudad portuaria de Hudaida, hombres armados vestidos de civil abrieron fuego contra los manifestantes, según testigos. Al menos 250 personas resultaron heridas, en su mayoría por inhalar gases lacrimógenos.
Los manifestantes habían organizado una marcha hacia un palacio presidencial en Hudaida en protesta contra la represión por parte de las fuerzas de seguridad a las protestas del domingo, en las que según fuentes médicas murieron dos manifestantes y varios resultaron heridos. Esta protesta nocturna también había sido reprimida con disparos al aire y gases lacrimógenos.