Lampedusa. El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, llegó ayer a la isla italiana de Lampedusa, que enfrenta desde comienzos de año una grave crisis por la llegada de miles de inmigrantes procedentes del norte de África debido a las revueltas. Allí, Berlusconi anunció que evacuará a los cerca de 6.200 inmigrantes que se encuentran en estos momentos en la isla hacia otros puntos del país en un plazo de entre 48 y 60 horas. Después de ese tiempo, en Lampedusa -con un total de 5.000 habitantes- "habrá sólo lampedusanos", afirmó Berlusconi en un discurso. Desde enero, han llegado a la isla más de 18.000 inmigrantes, lo que ha provocado una grave crisis debido a las condiciones de hacinamiento en las que se encuentran, lo que el lunes provocó la ira de los lugareños.
Las mujeres se encadenaron en el muelle para protestar contra el Gobierno y quejarse de la situación de insalubridad creada por el hacinamiento de los inmigrantes, mientras que algunos hombres cerraron el paso del puerto a la ciudad con contenedores y un grupo de pescadores bloqueó la entrada del puerto con barcos para evitar que llegasen pateras. Un día después, el martes, algunos habitantes ocuparon el Ayuntamiento, al tiempo que el alcalde anunciaba que 2.000 inmigrantes se habían quedado sin comer, ya que la sociedad que se ocupa de la acogida de los indocumentados distribuye 4.200 comidas y el número de inmigrantes es de 6.200.
Medidas Y llegó el día de la visita del jefe de Gobierno italiano para explicar las medidas adoptadas para hacer frente a esta situación de emergencia. Berlusconi subrayó que los inmigrantes serán distribuidos por centros preparados para la ocasión en toda Italia y no solo en Sicilia, aunque afirmó que se intentará repatriar a algunos. Con este objetivo, explicó, se está negociando con el Gobierno de Túnez, de donde proceden la mayoría. El primer ministro añadió que en Túnez se ha logrado que "se controlen los puertos y las costas para que no se registren nuevas salidas". "El Gobierno de Túnez nos ha confirmado la posibilidad de devolver a cierto número de ciudadanos y de detener las salidas", señaló. Fiel a su estilo, Berlusconi alternó el anuncio de medidas como una moratoria fiscal o la bajada de los precios del carburante para los pescadores de la zona, con promesas inesperadas como presentar a Lampedusa como candidata al Premio Nobel de la Paz. En esta línea, aseguró que ha encargado a la RAI y a Mediaset, su grupo televisivo, que hagan reportajes sobre la isla para atraer a los turistas a Lampedusa, "que siempre ha sido un paraíso y volverá a serlo". Y para demostrar su cercanía a la isla, el primer ministro anunció que ha comprado una casa allí.