TOKIO. Las autoridades metropolitanas de Tokio indicaron que a primera hora de hoy la concentración de yodo radiactivo en la planta de Kanamachi, que surte al centro y el oeste de la capital, era de 79 becquerel por kilo, frente a los 210 becqerel por kilo anunciados ayer.
Sin embargo, recomendaron que todavía no se suministre a niños menores de un año puesto que aún puede quedar agua con altos niveles de radiación en el sistema de tuberías, al tiempo que advirtieron de que la radiación puede aumentar de nuevo.
El límite considerado seguro para bebés es de 100 becquerel por kilo, mientras que para los adultos es de 300 becquerel por kilo.
Las autoridades de Tokio advirtieron de niveles de radiactividad en el agua de la capital ya el sábado pasado, aunque en niveles muy por debajo del límite legal.
También se ha detectado yodo radiactivo en una muestra de agua tomada el martes en la ciudad de Kawaguchi, al norte de Tokio, según anunciaron hoy las autoridades municipales.
El nivel de yodo asciende a 120 becquerel por kilo, por encima del límite recomendado para bebés, por lo que también en esta ciudad se ha instado a que los niños eviten el consumo de agua corriente.
Además se ha detectado material radiactivo en el agua de otras provincias cercanas a la central nuclear de Fukushima, donde los operarios luchan por controlar los seis reactores que quedaron seriamente dañados por el seísmo y el tsunami del 11 de marzo.
Ante la contaminación del agua, el Gobierno metropolitano de Tokio tiene previsto distribuir agua embotellada a las familias con bebés en la capital y cinco ciudades vecinas afectadas.