El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha vuelto a levantar polémica después de que en una reunión con miembros de su partido se confesase "apenado" por el dirigente libio, Muamar Gadafi, con quien había mantenido buenas relaciones hasta la ola de revueltas opositoras que ha reprimido duramente el régimen del país magrebí. "Estoy apenado por Gadafi, lo siento. Lo que sucede en Libia me afecta personalmente". La frase, recogida ayer por los medios italianos y pronunciada durante una reunión del Pueblo de la Libertad (PDL) en Turín, coincide con el desarrollo de una operación militar sobre Libia en la que precisamente Italia toma parte, cediendo varias de sus bases militares y poniendo a disposición de las fuerzas aliadas aviones, buques y tropas. Berlusconi y Gadafi firmaron en agosto de 2008 un Tratado de Amistad que contemplaba medidas de carácter económico o social, especialmente en lo relativo a la lucha contra la inmigración ilegal. Dicho acuerdo quedó suspendido por orden del Gobierno italiano el mes pasado, en respuesta a la represión ejercida por las tropas de Gadafi contra las revueltas opositoras.