Washington

El presidente estadounidense, Barack Obama, dudó mucho y en realidad hubiera querido ceder el paso a otros. Era escéptico y, por momentos, pareció como si la principal potencia militar del mundo se fuera a mantener en un segundo plano. Pero los acontecimientos se sucedieron y el coronel Muamar al Gadafi actuaba cada vez con mayor brutalidad. Llegó entonces la resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que autorizaba la intervención militar por mar y aire. Y, finalmente, a Obama no le quedó otra opción que asumir la dirección de la operación armada contra Libia, al menos durante un par de días. Y es que ningún otro país dispone de armas tan exactas y sofisticadas para desactivar las defensas antiaéreas de Libia. Submarinos y otros barcos de guerra estadounidenses dispararon el sábado más de 100 misiles crucero contra Libia, apoyados por los barcos británicos, mientras que 19 aviones de combate participan en la operación. Además, Estados Unidos ha reunido once buques de guerra en la región.

Pero los estadounidenses advierten de que el papel de liderazgo de la operación Odisea del amanecer lo asumirán solo durante unos días. De hecho, el Gobierno británico anunció ayer que esperan que sea la OTAN quien asuma próximamente el mando. Parece, incluso, como si Estados Unidos ya no se sintiera cómodo en su tradicional rol dirigente. "El gobierno rebaja su papel en la operación", titulaba ayer The Washington Post. Y es que el "comandante en jefe" decidió la intervención militar a regañadientas: la violencia no era "la primera elección", aseguró Obama durante una visita a Brasil. Además, destacó los riesgos de la misión. No hay duda de que después de dos guerras en el mundo musulmán, a Obama le hubiera gustado ahorrarse un tercer ataque contra un país islámico.

Dudas por la intervención El jefe del Estado Mayor estadounidense, Mike Mullen, anunció ayer los primeros éxitos cuando apenas habían pasado 24 horas del inicio de la operación occidental en LIbia y dijo que la zona de exclusión aérea está prácticamente en vigor. Pero las dudas por la intervención son profundas en Washington. El primer motivo de irritación: ¿Dónde están los árabes? El apoyo prometido por la Liga Árabe es decisivo para Estados Unidos y solo tras esa promesa el presidente abandonó sus consideraciones, según analistas en Washington. Pero, de momento, solo Catar se ha sumado a la coalición internacional. El resto de los países árabes, además de no moverse, han criticado la operación Odisea del amanecer. En este sentido se manifestó ayer el secretario general de la Liga Árabe, que criticó la operación militar de la alianza internacional contra las fuerzas del líder libio porque "para proteger a los civiles no se necesitan operaciones militares", dijo Amre Moussa, desde El Cairo.

Una tarea más que compleja Pese a los primeros éxitos, la preocupación por los riesgos no se ha acallado. El secretario de Defensa, Robert Gates, que desde el comienzo de la operación no ha comparecido públicamente, siempre advirtió de que la imposición de una zona de exclusión aérea era una tarea "compleja". Además, existe poca claridad sobre los objetivos verdaderos de la acción: el Ejército estadounidense dice entre bastidores que la resolución de la ONU tiene como objetivo proteger a los civiles, pero no expulsar a Gadafi. Pero, incluso, Obama ya exigió sin ambigüedad la salida del dictador. ¿No se trata en realidad de lograr un cambio de régimen?

"Estados Unidos no está moralmente ni prácticamente obligado a la supervivencia de la insurgencia anti Gadafi", opina Ray Takeyh, del Consejo de Relaciones Exteriores, un instituto de investigación en Washington. Y, además, se plantea otra cuestión práctica que podría quitar el sueño al Ejército: "¿Cómo actuar en los centros de las ciudades bajo la ocupación brutal de Gadafi?". Pero la mayor preocupación de todas es si realmente puede evitarse una intervención de tropas terrestres. Los medios estadounidenses e hacen esa pregunta continuamente. "La guerra no se gana en el aire, sino en tierra", es algo que enseñó la contienda de Irak.