tokio. Las autoridades de Japón aumentaron a 5.429 los muertos y a 9.594 los desaparecidos por el terremoto y posterior tsunami del día 11 en el noreste de país, según el último cómputo oficial facilitado ayer por la Policía. Se teme que la cifra final de víctimas se incremente todavía en algunos municipios de las provincias más afectadas, como Iwate, Miyagi y Fukushima.

Más de 100.000 militares y reservistas japoneses, ayudados por voluntarios extranjeros especialistas en salvamento, peinan la zona devastada en busca de supervivientes atrapados bajo los escombros o arrastrados mar adentro por la ola gigante.

Los equipos de rescate luchan contra el intenso frío al norte de la isla de Honshu y la enorme destrucción provocada por el seísmo. Por ahora, han rescatado a unas 26.000 personas, según el Gobierno nipón. En las operaciones de rescate y ayuda del miércoles participaron 80.000 militares, policías y bomberos, que vieron complicada su labor por unas temperaturas excepcionalmente bajas.

Casi 80.000 edificios y viviendas fueron destruidos y más de medio millón de evacuados vive en unos 2.500 refugios temporales, muchos de los cuales no tienen agua potable o electricidad.

Los fallecidos se reparten en doce prefecturas del país, mientras que las desapariciones se han producido en seis prefecturas, según un balance del que informó la agencia de noticias Kiodo.

La agencia advirtió de que la cifra de muertos aumentará porque se están encontrando numerosos cadáveres, principalmente en las zonas costeras golpeadas por el tsunami, ahora que parte del agua ha retrocedido.

El primer ministro, Naoto Kan, dijo durante una reunión con un grupo de trabajo para situaciones de emergencia: "Podríamos rescatar a más de 26.000 personas, pero el número de muertos o desaparecidos ha superado los 10.000".