Tres años después de que Pristina declarara de forma unilateral su independencia, en febrero de 2008, los gobiernos de Serbia y Kosovo se empiezan a hablar de forma oficial y con la Unión Europea como árbitro. Un diálogo que no entrará en el espinoso asunto del estatuto de Kosovo -que Belgrado sigue sin reconocer como país soberano lo mismo que el Estado español- y que se centrará en cuestiones técnicas destinadas a facilitar la vida diaria de los ciudadanos de ambos países.

Y es que las muchas trabas que Serbia impone a Kosovo impiden a los albanokosovares disponer, por ejemplo, de ningún código telefónico por lo que para llamar utilizan los de Mónaco y Eslovenia. Los problemas prácticos van más allá de las simples telecomunicaciones. También el tráfico aéreo se ve dificultado por el no reconocimiento del país por lo que cualquier avión que quiere aterrizar en Pristina no puede cruzar el espacio aéreo serbio y está obligado a dar un rodeo. Cuestiones como estas son las que tratarán de resolver con el diálogo que inician ahora. En nombre de Serbia, el negociador será Borko Stefanovic, un importante diplomático del ministerio de exteriores que llegó el pasado lunes a la capital comunitaria, mientras que en nombre de Pristina será Edita Tahiri, diplomática con experiencia y viceprimera ministra de Kosovo. "Necesitaremos tiempo y paciencia para obtener resultados. No esperen milagros. Tenemos buena voluntad y nuevas soluciones pero el proceso durará lo que tenga que durar", advirtió Stefanovic en una entrevista al diario Blic. Las discusiones, según precisó ayer Ashton, se centrarán en tres ámbitos: cooperación regional, libertad de movimiento y la aplicación del Estado de derecho y ambas partes confían en que estos contactos contribuirán a normalizar las relaciones. En opinión de la alta representante para la política exterior de la UE, Catherine Ashton, es el momento adecuado y confía en que Belgrado y Pristina encontrarán soluciones para hacer la vida más fácil a sus ciudadanos.

"Resolver los problemas a través del diálogo es la forma europea y los objetivos de estas negociaciones es promover la cooperación y acercar a Prístina y Belgrado a la UE", advirtió ayer.

Esta previsto que las primeras discusiones se prolonguen durante el día de hoy en la oficina de Robert Cooper, asesor especial de Ashton en el servicio de acción exterior, aunque no hay ninguna agenda cerrada.

Se espera que ambas partes se sigan reuniendo varias veces al mes con la Comisión Europea como árbitro. Actualmente hay cinco Estados miembros, entre ellos España, que siguen sin reconocer la independencia de Kosovo.