MANAMA. El Ejército bahreiní se retiró hoy de la plaza Lulu (de la Perla) de Manama, que se ha convertido en punto de referencia de las protestas de los activistas.

No obstante, ha aumentado el número de policías en el lugar, que han disparado gases lacrimógenos contra varios grupos de personas que intentaban aproximarse a la rotonda, como pudo constatar Efe.

Unidades militares se desplegaron el pasado día 17 por las calles de Manama, después de que la Policía antidisturbios desalojara de la plaza Lulu a varios miles de manifestantes que llevan dos días acampadas exigiendo reformas políticas y mejoras de las condiciones de vida.

Mientras tanto, varios cientos de personas continúan manifestándose en las instalaciones del hospital Al Salmaniya, donde ayer se concentraron miles de manifestantes tras la violenta intervención del Ejército que causó un muerto y decenas de heridos.

La retirada de los vehículos militares se produce también un día después de que el príncipe heredero Salman bin Hamad al Jalifa, instara al diálogo.

"Es el momento de la tranquilidad" dijo Bin Hamad al Jalifa en una entrevista en la televisión estatal.

El dirigente de Wifaq, el principal grupo de la oposición bahreiní, Jalil al Marzuq, dijo hoy a Efe que su grupo valoraba la retirada de las tropas militares de la plaza, pero subrayó que deseaba "garantías de que no se va a atacar a los manifestantes y de que se va a propiciar una atmósfera adecuada".

Este dirigente del Wifaq, que cuenta con 18 de los 80 escaños del Parlamento, insistió en que su grupo dialogará cuando se hayan garantizado estos puntos.

En este sentido, indicó que "toda la oposición, no solo el Wifaq, respalda el diálogo y lo ha pedido desde hace 10 años, pero ha sido el Gobierno quien los ha rechazado".

"Deseamos que el Ejército no regrese a las calles y que no se emplee para agredir a la gente ni hoy ni en el futuro", agregó.

Asimismo, comentó que su grupo no había tomado aún una decisión en firme sobre la celebración de manifestaciones en los próximos días.

Las protestas bahreiníes comenzaron el pasado 14 de febrero al calor de los levantamientos populares de Túnez y Egipto.

Esta revuelta cuenta con una participación sin precedentes en este país, de mayoría chií pero gobernado por la minoría suní.

Bahrein está formado por un archipiélago de islas con una superficie de tan solo 727 kilómetros cuadrados, en el que viven poco más de un millón de personas, la mitad de ellas extranjeras.