roma. La joven marroquí Kharima Ruby El Mahroug declaró en un interrogatorio realizado por la Fiscalía de Milán el pasado 3 de agosto que el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, le aseguró que "no se preocupara de los papeles", que se ocuparía él, cuando la chica le advirtió de que no tenía los documentos necesarios de inmigración. El diario La Repubblica ha sacado nuevas pruebas contenidas en el sumario que la Fiscalía de Milán presentó ante la juez de instrucción Cristina di Censo, quien decidió enviar a juicio al mandatario prostitución de menores y abuso de poder.
Las investigaciones de la Fiscalía ya revelaron que Berlusconi intervino a favor de la supuesta prostituta Marystell Polanco, a quien le dijo que se dirigiera al prefecto de Milán, Gian Valerio Lombardi, para conseguir el permiso de residencia y el pasaporte, a pesar de que la joven está relacionada con un narcotraficante dominicano. Por otra parte, Ruby afirmó que los demás implicados en el caso, la consejera regional de Lombardía, Nicole Minetti, el periodista Emilio Fede y el empresario Lele Mora, sabían que era menor de edad. Asimismo, explica que entró en villa Arcore sin ningún control y que hay que "estar invitada por Nicole o Emilio Fede" para entrar porque "la garantía es que ellos te acompañan o te llaman".
Minetti está implicada en el caso Ruby por ser a quien la Policía de Milán confió la custodia de Ruby el pasado mes de mayo, después de recibir una llamada del primer ministro exigiendo que la joven fuera confiada a Minetti y no la enviaran a la residencia de acogida.
El periodista Emilio Fede es el primero que conoce a Ruby y la envía a Lele Mora, quien está acusado por la Fiscalía por ser el encargado de reclutar a las jóvenes que participaban en las fiestas del premier.
Además, Ruby asegura que Nicole Minetti "era consciente de mi minoría de edad antes de mi primera entrada en Arcore, el día de San Valentín", a pesar de que Minetti reconoció ante la Fiscalía que descubrió que Ruby era menor cuando fue a la Policía. Asimismo, la joven marroquí describe a la Fiscalía las bacanales desenfrenadas que protagonizan las supuestas cenas del Cavaliere, que se celebran en el sótano de la villa de Arcore, donde supuestamente el primer ministro tiene una discoteca y en las cuales habrían participado otros nombres ilustres de la política y del deporte. La defensa de Berlusconi sostiene que no existe ningún delito y que, en el caso de que existiera, debería ser juzgado por el Tribunal de Ministros y no por el Tribunal de Milán. Una tesis respaldada por la Cámara de los Diputados, que rechazó también la petición de la Fiscalía para registrar las oficinas del contable Spinelli.