El Cairo. El ministro de Asuntos Exteriores egipcio, Ahmed Aboul Gheit, advirtió ayer que el Ejército podría actuar para defender la seguridad nacional en el hipotético caso de que algunos "aventureros" intenten tomar el poder. El Ejército recibió el pasado 28 de enero, después de que el martes anterior fuera una de las jornadas de mayor movilización contra el Gobierno, la orden de desplegarse en las calles para tomar el control de la situación después de que la Policía no lograra hacerlo. "Debemos preservar la Constitución aunque sea modificada porque así se protegerá al país de cualquier intento de algunos aventureros de tomar el poder y supervisar el proceso de transición", afirmó el jefe de la diplomacia egipcia. En ese hipotético caso de intento de asumir el poder, las Fuerzas Armadas "se verían obligadas a defender la Constitución y la seguridad nacional egipcia". "Y nos encontraríamos a nosotros mismos en una situación extremadamente seria", añadió.
Estas declaraciones complementan a las que el martes hacía el vicepresidente, Omar Suleimán, advirtiendo que no se permitirá que nadie se aproveche de la actual movilización para hacerse con el poder a través de un golpe de Estado. Para el vicepresidente de Mubarak sólo hay dos alternativas para la transición: el plan del presidente de no presentarse a las elecciones de septiembre, o "la otra alternativa, que se produzca un golpe de Estado, y nosotros deseamos evitar llegar a eso porque es un paso apresurado, irracional y desmedido. Asimismo, dijo que la palabra "al rahil" (la partida), que corean los manifestantes para exigir la salida del poder del presidente egipcio, Hosni Mubarak, supone algo "que va contra la conducta del pueblo egipcio, que siente un gran respeto por su presidente".