el cairo. El presidente egipcio Hosni Mubarak se mostró ayer, en una entrevista concedida a la cadena norteamericana ABC, dispuesto a dimitir de inmediato, pero considera que "el caos que ello generaría" le impide hacerlo. Interrogado por la periodista Christiane Amanpour (la entrevista íntegra se emitirá el domingo), el aún mandatario egipcio aseguraba estar "cansado" del cargo que ocupa y que dimitiría de inmediato, sino fuera por las consecuencias. Reconocía que el presidente estadounidense, Barack Obama, al que considera un "buen hombre", le ha pedido que abandone el cargo cuanto antes, pero su respuesta fue de alertar sobre el caos que se generaría de inmediato.
"Usted no entiende la cultura egipcia y lo que ocurriría si dimito ahora", le espetó Mubarak a Obama, según contó el presidente egipcio en la entrevista. No obstante, Mubarak se muestra convencido de que no se presentará de nuevo a las elecciones, aunque no abandonará el país. "Moriré en tierra egipcia", apuntaba. Además reconoce que "sintió alivio" cuando pronunció su alocución pública el lunes pasado, en el que anunció que no se presentaría a la reelección.
En la entrevista, asegura que nunca intentó que su hijo Gamal, considerado por muchos años como su sucesor, ocupara el cargo presidencial cuando él lo abandonara.
En sus declaraciones, el presidente reconoce sentirse "perturbado" por la violencia de los enfrentamientos ocurridos en la plaza cairota de Tahrir, pero asegura que su Gobierno no es responsable de ellos. "No me gusta ver como los egipcios luchan unos contra otros", señala. El presidente egipcio culpó de esta violencia a los Hermanos Musulmanes (islamistas).
contradicción y rechazo Sin embargo esta afirmación entra en contradicción con lo que está haciendo su propio Gobierno o evidencia una división interna. Y es que el vicepresidente, Omar Suleiman, aseguró que ya han comenzado los contactos con las fuerzas opositoras para impulsar la transición y, entre ellas, citó a los Hermanos Musulmanes.
Sin embargo este grupo, principal fuerza opositora en Egipto, rechaza "de manera absoluta" el diálogo con el régimen de Mubarak y Suleiman. "No encontramos ninguna utilidad a un diálogo con un régimen ilegítimo, infractor de la Constitución", señaló Mohamed Mursi, portavoz de esta organización, para quien el régimen "desea saltar sobre los intereses del pueblo y la Constitución, haciendo caso omiso a los millones de personas que salieron a las calles y que dijeron que no quieren a Mubarak".