washington. La congresista Gabrielle Giffords, que fue atacada el sábado por un joven que le disparó en la cabeza, sigue en estado grave, pero es capaz de responder con gestos cuando se le habla, según dijeron ayer los médicos que la atienden.

El jefe de traumatología del Centro Médico de la Universidad de Arizona, Peter Rhee, indicó que, debido a la operación y la aplicación de ventilación asistida, no puede hablar, aunque sí es capaz de "comunicarse, de responder a órdenes simples". Giffords, una demócrata que ganó por un escaso margen su reelección para un tercer mandato en las elecciones legislativas de noviembre, recibió un tiro en la cabeza a corta distancia por un joven de 22 años que mató a seis personas, antes de ser detenido, en un acto público en Tucson, en el estado de Arizona.

Gracias a la rápida intervención de los equipos de emergencias, la congresista fue operada sólo 38 minutos después del ataque.

El jefe de neurocirugía del hospital, Michael Lemole, explicó que la bala le atravesó el cráneo por el lado izquierdo, aunque sin cruzar de un hemisferio a otro. El doctor explicó que se frenó la hemorragia, se retiró el tejido dañado y también una porción del cráneo, que se reservará para ser reimplantado.

"La principal preocupación ahora es la inflamación del cerebro", dijo Lemole, quien explicó que, al retirar parte del cráneo, se impide que los huesos constriñan al cerebro, que ocasionaría daños adicionales.

El jefe de Traumatología, Peter Rhee, indicó que una de las señales positivas del estado de Giffords es que, cuando se le retiró la sedación para una evaluación, pudo "comunicarse de una manera no verbal".

La parte izquierda del cerebro es la que en muchas personas regula el habla y las sensaciones, explicaron los doctores, que no quisieron aventurar si la congresista sufrirá alguna merma en el futuro ni el tiempo de su recuperación.

El atacante, de 22 años, Jared Lee Loughner, fue detenido, aunque no está colaborando con los investigadores. La Policía busca a un presunto cómplice, aún no identificado.

De momento se desconoce el motivo del ataque, aunque algunos medios recuerdan que Giffords había sido criticada por el Tea Party por su apoyo a la reforma de salud y que su oficina fue atacada el día que la Cámara de Representantes aprobó esta medida. El director de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), Robert Mueller, afirmó ayer que tras el ataque no tiene constancia de que existan amenazas contra otros legisladores.

El director del FBI dijo que probablemente ayer el joven comparecerá ante un juez en una audiencia en la que se formularán cargos. Además de los seis fallecidos, las autoridades dijeron ayer que 14 personas permanecen heridas.