Nueva York. El nuevo embajador de Costa de Marfil en Naciones Unidas, Youssoufou Bamba, afirmó que la lucha por el poder en el Estado africano amenaza con convertirse en una guerra civil. También advirtió que el país "está al borde del genocidio", según informo ayer la BBC. El embajador marfileño indicó que la comunidad internacional debiera evitar que esto suceda. Bamba fue nombrado embajador ante la ONU por el presidente electo que cuenta con el apoyo internacional, Alassane Ouattara.

Según Bamba murieron 172 personas en los disturbios de Costa de Marfil, después de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales a finales de noviembre, y no se vislumbra el final de la violencia.

Mientras las Fuerzas Armadas siguen siendo leales a Laurent Gbagbo, el presidente reelecto no reconocido por la comunidad internacional, Ouattara basa su fuerza en los ex rebeldes de la guerra civil de 2003. En tanto la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (ECOWAS) fracasó en su intento de mediar en el conflicto de Costa de Marfil. Una delegación de ECOWAS tampoco logró la renuncia de Gbagbo con la amenaza de una intervención militar. Los presidentes de Benin, Sierra Leona y de Cabo Verde quieren continuar las conversaciones la próxima semana en Abiyán.

presión de la UE También la Unión Europea ha aumentado su presión sobre Gbagbo. Además de él, que no acepta la derrota en las elecciones presidenciales de noviembre, la UE prohibió la entrada a su territorio a otras 61 personas relacionadas con Gbagbo. Además, se procederá al embargo del patrimonio de esas personas en Europa, informó la Comisión Europea al ser consultada por dpa en Bruselas.

Mientras, entre 15.000 y 20.000 marfileños habrían huido a la vecina Liberia por temor a que el clima de tensión y violencia que vive el país desde las elecciones presidenciales del pasado 28 noviembre derive en una nueva guerra civil, según informó el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

La mayoría de los refugiados son mujeres y niños y el 62% son menores de 18 años. Entre los huidos hay tanto partidarios del candidato opositor Alassane Ouattara como del presidente saliente Laurent Gbagbo. Gbagbo se niega a entregar el poder a Ouattara, al que tanto la ONU como Estados Unidos, la Unión Europea y la Unión Africana han dado como ganador de las elecciones.

El alto número de refugiados supone una carga añadida para las comunidades liberianas que los acogen. Las necesidades más urgentes, según ACNUR, son el agua potable, el techo y los alimentos, en una zona cuya población local ya sufre de por sí fuertes carencias. El ACNUR ha puesto en marcha material de urgencia para cubrir las necesidades de hasta 30.000 posibles refugiados.

preparados para un éxodo Aunque de momento no se ha constatado la huida de refugiados a otros países fronterizos de Costa de Marfil, la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja anunciaron ayer jueves que habían iniciado una campaña de captación de donaciones de emergencia por valor de 1,6 millones de euros con vistas a un posible éxodo a países como Burkina Faso, Malí y Ghana. Esta citada federación ya transfirió 157.220 euros de su Fondo de Reserva para el Socorro en Casos de Desastre para iniciar rápidamente la operación de emergencia.

La violencia posterior a las elecciones, que se hizo particularmente virulenta a mediados del mes de diciembre -cuando los partidarios de Ouattara intentaron ocupar la televisión estatal y se enfrentaron con las fuerzas de seguridad próximas a Gbagbo-, se acerca a los dos centenares de muertos, según datos aportados por Naciones Unidas, que ha registrado homicidios, torturas, secuestros y otros abusos contra los Derechos Humanos.