brasilia. El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva volvió a insistir ayer en que la cumbre sobre cambio climático que estos días se celebra en el balneario mexicano de Cancún "acabará sin nada". Según Lula, que el próximo 1 de enero cederá el testigo de la presidencia a Dilma Rousseff, el mundo no puede tener ninguna expectativa frente a esta nueva Conferencia de la ONU. "No va ningún gran líder. A lo sumo irán ministros de Medio Ambiente. No se debe esperar ningún avance", aseguró el presidente brasileño.

Lula reiteró su decepción con la cumbre celebrada el año pasado en Copenhague, en la que dijo que estaba "todo listo para llegar a un acuerdo fantástico", que en su opinión naufragó por la posición de los países más desarrollados y en particular de Estados Unidos.

También insistió en que las ofertas de reducción de emisiones de gases contaminantes presentadas entonces por los países más ricos eran "una cosa irrisoria", acompañadas por "unos planes muy nebulosos" para financiar acciones de protección al medio ambiente en las naciones más pobres. A renglón seguido, Lula declaró que Brasil "está cumpliendo su deber" y asume los compromisos que adquirió en Copenhague de reducción de emisiones para el 2020.