París. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, defendió ayer su decisión de mantener a François Fillon como primer ministro y dijo que era la mejor persona para el cargo, según declaró en una entrevista televisiva sobre la remodelación del gabinete que "será el que agotará la legislatura, salvo imprevistos". "Tengo gran confianza en él", señaló Sarkozy, y aseguró que Fillon es competente y que no genera interferencias en el trabajo conjunto. La oposición y algunos medios criticaron la remodelación del gabinete, a la que calificaron de "mucho ruido y pocas nueces". Previamente se había especulado mucho sobre un posible reemplazo para Fillon, pero finalmente Sarkozy lo mantuvo en el cargo. Varios miembros del equipo de trabajo quedaron fuera del nuevo gabinete, entre ellos el ministro de Trabajo Eric Woerth, involucrado en el escándalo por donaciones ilegales partidarias de la heredera de L"Oréal Liliane Bettencourt. Una encuesta actual mostró que los franceses quieren más a Fillon que a Sarkozy. Un 71% de los consultados confía más en el primer ministro, mientras que sólo un 21 por ciento se inclinó por apoyar al presidente.

El presidente francés defendió la reforma de pensiones aprobada, dijo que es un asunto que supera las fronteras entre derecha e izquierda y que en España la hicieron Felipe González y Rodríguez Zapatero.

Sarkozy puso como ejemplo los gabinetes de los dos presidentes de Gobierno socialistas españoles para ilustrar cómo en otros países europeos la reforma de los sistemas de jubilación la han aplicado políticos de tendencia política diferente a la suya. El conservador Sarkozy defendió en una entrevista en televisión la reforma de las pensiones aprobada por el Parlamento después de huelgas y manifestaciones masivas en Francia, de las que destacó que se desarrollaron "sin violencia". "¿Negociar sobre qué?", se preguntó el presidente cuando se le interrogó sobre por qué el Gobierno saliente -el Ejecutivo galo fue renovado el fin de semana pasado- no modificó en conversaciones con los sindicatos su proyecto de reforma de las pensiones. (Éric) "Woerth tuvo 56 reuniones con los sindicatos", dijo el presidente sobre los encuentros que celebró el ministro saliente de Empleo con las organizaciones que convocaron huelgas y manifestaciones seguidas por millones de franceses en los últimos meses. "¿Cómo iban a estar contentos?", se volvió a preguntar Sarkozy acerca de la actitud de los franceses al conocer que se deberán jubilar dos años más tarde -la reforma incrementa de 60 a 62 la edad mínima legal de jubilación-.