Vitoria. Los republicanos lograron el martes el control de la Cámara de Representantes y ganaron terreno en el Senado y en los gobiernos estatales en una jornada electoral que representó un fuerte revés para el presidente Obama, cuya política, especialmente sus propuestas reformistas, quedará controlada por un legislativo muy hostil.
Los republicanos lograron el martes su victoria más significativa en la Cámara baja de los últimos 60 años, al ganar al menos 60 escaños, cifra muy por encima de la que necesitaban para hacerse con la mayoría que pretende poner contra las cuerdas la agenda del presidente de EEUU.
A pesar de que aún hay 11 escaños sin adjudicar, dado que los resultados están muy ajustados, los recuentos indican que los republicanos tienen asegurados 239 escaños de los 435 que componen la Cámara. Los demócratas tienen 185 y los doce restantes están en disputa. La mayoría se alcanza con 218. Las proyecciones otorgan 243 escaños para los republicanos y 192 para los demócratas.
En el Senado, los demócratas consiguieron mantener su mayoría simple ya que, aunque hay uno de los 37 escaños que estaban en juego aún sin adjudicar, los demócratas tienen 52 (con altas posibilidades de ganar el que está en liza) mientras que los republicanos se quedan en 47.
Los resultados han confirmado que, como preveían todas las encuestas, las elecciones de medio mandato han representado un varapalo para el presidente Barack Obama. La noticia positiva para la Casa Blanca ha sido que, al menos, se ha conseguido salvar el escaño de Harry Reid, el senador de Nevada y líder de la mayoría demócrata en el Senado, que ha sido un gran aliado de las políticas más controvertidas del presidente en materia financiera y de salud, lo que ha estado a punto de costarle el puesto. Para los republicanos, según expresó el reelegido congresista por Virginia, Eric Cantor, lo que ha ocurrido en estas elecciones tiene más que ver con un rechazo a las políticas de Obama que con un apoyo al Partido Republicano. Pero, dijo, sea como fuere "la gente lo que quiere es ver resultados".
La economía será sin duda el gran tema dominante en esta segunda mitad del mandato de Obama ya que los votantes, según las encuestas, han dejado claro que, para un 62% del electorado, es el tema que más les preocupa.
Esta realidad es la que ha dado fuerza al movimiento conservador del Tea Party, que ha colocado en el Senado, por ejemplo, al joven Marco Rubio, de Florida, que algunos ven ya como la gran esperanza republicana para las presidenciales del 2012.
El Tea Party irrumpió con fuerza en las elecciones de este año con sus fuertes críticas al despilfarro del Gobierno de Barack Obama, y a la intervención gubernamental en sectores como la economía y la sanidad. Lograron cinco senadores y una treintena de escaños en la Cámara de Representantes.
Los republicanos ahora, bajo la batuta de John Boehner, el congresista de Ohio que será el nuevo líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes y por tanto el número dos en la línea de sucesión presidencial, se pondrán manos a la obra sin muchas concesiones.
"Esperamos Obama respete ahora la voluntad popular, cambie el rumbo y se comprometa a hacer los cambios que la gente reclama. En la medida en que esté dispuesto a esto, nosotros estaremos dispuestos a colaborar con él", aseguró.
Y en sus planes está revertir la reforma de salud aprobada por Obama y poner en marcha recortes de impuestos que dicen ayudarán a reducir el déficit e impulsar el crecimiento. Se abre, sin duda, una difícil etapa de cohabitación en la política de EEUU.