Washington. "La lucha no ha hecho más que empezar". Ese es el mensaje que lanzaron ayer los líderes del Tea Party, movimiento ultraconservador que el martes confirmó su influencia en las elecciones legislativas en EEUU. Los candidatos del té lograron hacerse con cinco escaños en el Senado y hasta una treintena en la Cámara de Representantes, que quedó de nuevo bajo dominio del Partido Republicano. Los activistas y legisladores del Tea Party dejaron ayer claro que el del martes fue sólo "un primer paso" en su lucha para "transformar el Gobierno".
El movimiento se apuntó importantes victorias con el triunfo de sus candidatos al Senado Rand Paul, por Kentucky; Marco Rubio, por Florida, y Kelly Ayotte, por Nueva Hampshire. "Tengo un mensaje: vamos a devolver el Gobierno al pueblo", manifestó la noche del martes, pletórico, Rand Paul, al conocer su victoria. Paul y el flamante senador por Florida, el cubanoamericano Marco Rubio, son las dos grandes estrellas del Tea Party que han logrado convertirse en representantes del pueblo en la Cámara Alta estadounidense.
Marco Rubio, de 39 años, al que algunos consideran ya la gran esperanza republicana para las presidenciales de 2012, se dirigió también la noche del martes a sus simpatizantes para avanzar que, desde su puesto de senador, exigirá "al Partido Republicano que regrese a sus principios, a los que abrazaba hace no mucho tiempo". Rand Paul, un cirujano ocular de 47 años que protagonizó una campaña con declaraciones polémicas, y que llegó a acusar al presidente Barack Obama de ser "antiamericano" por culpar a la petrolera BP del vertido en el Golfo de México, prometió en su discurso llevar a Washington la austeridad fiscal que siempre ha defendido.
Gobernadores Pero no sólo en el Senado el Tea Party logró grandes triunfos, en la Cámara de Representantes, donde el movimiento del té respaldaba a 129 candidatos, logró una treintena de escaños y tres de sus candidatos ganaron las elecciones a gobernador en Ohio y Carolina del Sur. Además el republicano Rick Scott, de 57 años, uno de los candidatos respaldados por el Tea Party, se convirtió en el nuevo gobernador de Florida tras ganar en una apretada elección a la demócrata Alex Sink en la que ha sido la campaña electoral más cara en la historia del país. Scott invirtió más de 50 millones de euros de su bolsillo y ha pasado de ser un empresario de renombre, pero sin experiencia política, a asumir el puesto de gobernador del cuarto estado más poblado.
Mientras, Susana Martínez, otra de las candidatas apoyadas por el movimiento, se ha convertido en la nueva gobernadora de Nuevo México, un estado con gran presencia de población latina gobernado, hasta ahora, por el demócrata Bill Richardson.
Los simpatizantes de este movimiento tienen como elementos comunes su defensa de los recortes de impuestos, la poca intervención estatal y la austeridad en el gasto, y rechazan la política del Gobierno de Obama pero también son críticos con la que desarrolló su antecesor, George W. Bush.