LA HABANA. Se trata de Nelson Molinet Espino, Héctor Raúl Valle Hernández, Miguel Galván Gutiérrez y José Miguel Martínez Hernández, que se trasladarán a España con sus familiares en fecha no precisa, dependiendo de la rapidez de los trámites y la disponibilidad de vuelos.

Molinet era sindicalista independiente y estaba condenado a 20 años de cárcel; Valle Hernández purgaba, perteneciente a la Confederación de Trabajadores Democráticos de Cuba, purgaba una condena de 12 años ; Martínez Hernández, que dirigía una biblioteca independiente, había sido sentenciado a 13 años, y Galván, que dirigía una agencia de prensa independiente, sufría la condena más dura (26 años).

Con ellos, son ya 36 los presos que han aceptado ser trasladados a España con sus familiares según los términos negociados entre el Gobierno cubano y la Iglesia Católica, en un proceso que contó con la colaboración del Gobierno español.

Todos estos nombres pertenecen al colectivo de 52 presos políticos que quedaban en la cárcel desde su detención en 2003 en una oleada represiva contra la disidencia que se llamó "primavera negra" y que llevó además a prisión a otras 23 personas que han ido saliendo en los últimos años por diferentes razones.

Cuando se completen estas excarcelaciones quedarán en prisión 16 reclusos más, que en su mayor parte declinan aceptar las condiciones de traslado a España, ya sea porque prefieren viajar a Estados Unidos por razones familiares o porque se niegan a abandonar Cuba.

Sin embargo, hay algunos, como el caso de Nelson Molinet, que en un primer momento se negaron a entrar en el grupo de excarcelados pero finalmente han aceptado.

La madre de Molinet, Caridad Espino, dijo a Efe que mantenían su voluntad de trasladarse directamente a Estados Unidos, pero cuando el pasado 10 de septiembre la Oficina de Intereses norteamericana en Cuba denegó el visado a todos los familiares, cedieron y aceptaron el viaje a España, desde donde volverán a intentar el viaje a EE.UU.

Según los observadores, aunque los términos negociados entre el Gobierno y la Iglesia han significado hasta el momento viajar obligatoriamente hasta España, los que se muestren intransigentes sobre estos términos serán también finalmente excarcelados, aunque el Gobierno cubano no lo ha dejado claro.