LONDRES. Se trata del informe de más larga gestación -un total de doce años- y el más costoso -195 millones de libras (234 millones de euros)- de toda la historia legal británica.

Los hechos ocurrieron el 30 de enero de 1972, cuando soldados británicos del Primer Regimiento de Paracaidistas dispararon contra una multitudinaria manifestación a favor de los derechos civiles.

Trece manifestantes murieron a consecuencia de los disparos y otros catorce resultaron heridos, uno de los cuales fallecería más tarde, lo que elevó a catorce el número de víctimas mortales.

Una causa inmediata del Domingo Sangriento fue la suspensión por Londres del Gobierno autónomo norirlandés, en marzo de aquel año, lo que llevó a casi tres décadas de gobierno directo desde la capital británia.

En 1998, el entonces primer ministro, Tony Blair, ordenó una investigaión, de cuya instrucción se encargó el ex juez del Tribunal Supremo lord Saville of Newdigate.

El juez acabó sus investigaciones en 2004 y los resultados del informe debían haberse publicado al año siguiente, algo que, sin embargo, no ocurrió.

El informe, de unas 5.000 páginas distribuidas en diez volúmenes, fue entregado el lunes al Gobierno británico, y esta mañana las familias de las víctimas, por un lado, y los mandos militares involucrados, por otro, tendrán acceso a una copia antes de su publicación.

La primera investigación oficial, de la que se ocupó lord Widgery en 1972, reveló ya que cuatro de las víctimas, que no representaban amenaza alguna para los soldados británicos, fueron tiroteadas por la espalda cuando intentaban escapar.

Pero aquel primer juez instructor exoneró a los militares al indicar que el IRA oficial había abierto fuego primero contra los soldados y que éstos abatieron a los civiles por error.

Para elaborar el nuevo informe, lord Saville of Newdigate escuchó los testimonios de 919 testigos, entre civiles, policías, soldados, políticos y ex miembros del ya inactivo Ejército Republicano Irlandés(IRA), el antiguo brazo militar de Sinn Fein.

Las familias de las víctimas confían en que este segundo informe desmienta algunas de las acusaciones contenidas en el anterior de lord Widgery según el cual no todas las víctimas eran civiles desarmados sino que entre los republicanos muertos había pistoleros y terroristas del IRA.