BAGDAD. Al menos 56 personas han muerto y 112 han resultado heridas a causa de la explosión de siete bombas en el noroeste de Bagdad, según un nuevo balance procedente de fuentes del Ministerio del Interior.
Los atentados se produjeron junto a varias mezquitas chiíes en el momento en que se celebraba la oración del viernes y cerca de un mercado de Ciudad Sadr, un barrio mayoritariamente chií situado en el noroeste de la capital.
"Los atentados contra los fieles en las zonas en las que hay una cierta mayoría de chiíes es una venganza por las pérdidas que ha sufrido Al Qaeda", declaró el portavoz de la seguridad en Bagdad, el general Qasim al Musaui. "Es de esperar que haya más actos terroristas como éstos", añadió.
Horas antes, siete miembros de una misma familia murieron y otras diez personas resultaron heridas tras la explosión de seis artefactos explosivos improvisados (IED) cerca de sendas viviendas, incluidos los domicilios de un juez y de varios responsables policiales, en la ciudad de Jalidiya, a unos 83 kilómetros al oeste de Bagdad.
Asimismo, un agente de Policía falleció mientras las fuerzas de seguridad intentaban desactivar otras bombas localizadas en la misma ciudad. Entre los diez heridos de Jalidiya (situada en la provincia de Anbar, en el oeste de Irak) figuran dos policías.