WASHINGTON. En la reunión más esperada de las cinco bilaterales que mantuvo Obama antes de la inauguración de la cumbre de 47 países hoy, con el presidente chino, Hu Jintao, ambos mandatarios acordaron cooperar en la resolución de la ONU sobre nuevas sanciones al programa nuclear de Irán.

Según la Casa Blanca, el Gobierno chino "está dispuesto a colaborar con nosotros". Más cauto, no obstante, se mostró el portavoz del Gobierno chino, Ma Zhaoxu, quien indicó que en el encuentro Hu transmitió a Obama la conveniencia de continuar las negociaciones y el diálogo para resolver la crisis iraní.

A lo largo de los últimos meses China se había mostrado renuente a la imposición de nuevas sanciones, pero finalmente aceptó estar presente en las conversaciones de Nueva York, algo que se ha interpretado como una victoria diplomática de EEUU.

Además de Hu, el presidente de EEUU dialogó hoy con sus colegas de Ucrania, Víctor Yanúkovich; y de Armenia, Serzh Sargsian; así como con el rey Abdalá II de Jordania -con el que destacó la necesidad de que israelíes y palestinos retomen las negociaciones de paz- y el primer ministro malayo, Mohamed Abdul Razak.

Tras la reunión con Yanúkovich, la Casa Blanca informó de que Ucrania ha decidido renunciar en el plazo de dos años a su uranio altamente refinado, cerca de noventa kilos, que es suficiente para fabricar varias bombas nucleares.

Mediante el acuerdo, EEUU aportará la asistencia técnica y financiera necesarias para llevar a cabo el proyecto.

Según el portavoz de la Casa Blanca, Rober Gibbs, el anuncio representa una importante victoria para EEUU, que intentaba "desde hace diez años" conseguir que Ucrania renunciara a ese material.

Tras las reuniones bilaterales, Obama dio la bienvenida a los líderes en una ceremonia de recepción que se prolongó durante cerca de hora y media, antes de continuar con una cena de trabajo con la que se inauguró oficialmente la cumbre.

Presentes en la cena de trabajo estuvieron, entre otros, los líderes de Brasil, México, Argentina, Chile, España, China, Francia, Italia, Alemania, Rusia, India y Japón.

La cumbre es el mayor evento internacional auspiciado por un presidente de EEUU desde 1945 y uno con el que la Casa Blanca quiere llamar la atención sobre el terrorismo nuclear, que Washington considera el mayor peligro para la seguridad mundial.

"La amenaza del terrorismo nuclear es real, seria y creciente", dijo hoy el principal asesor anti-terrorista de la Casa Blanca, John Brennan, quien aseguró que Al Qaeda lleva años intentando fabricar un arma nuclear.

Por su parte, el vicepresidente estadounidense Joe Biden, subrayó durante un almuerzo de trabajo con cerca de una docena de líderes de países en desarrollo que sólo son necesarios 22 kilos de uranio de gran pureza para fabricar una bomba que podría destruir cualquier zona céntrica de las grandes capitales mundiales y matar a "decenas o cientos de miles de individuos".

Para impedir que eso ocurra, los países congregados buscarán poner en marcha un plan de trabajo para asegurar todo el material nuclear existente en el mundo e impedir, así, que Al Qaeda y grupos similares se hagan con uranio enriquecido o plutonio refinado.

En torno a ese objetivo girarán las conversaciones de mañana en el Centro de Convenciones de Washington, sede del encuentro, donde tendrán lugar dos reuniones plenarias y un almuerzo de trabajo que concluirá con la divulgación de un comunicado conjunto.

Obama encontrará también tiempo para conversar en respectivas reuniones bilaterales con el presidente turco, Recep Tayipp Erdogan; y la canciller alemana, Angela Merkel. Además se reunirá también, a puerta cerrada, con la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, la única líder latinoamericana con la que mantendrá un encuentro bilateral en esta cumbre.

La reunión en Washington llega tras la histórica reducción del arsenal nuclear pactada entre EEUU y Rusia y después de que la administración Obama asegurase, como parte de su nueva estrategia nuclear, que sólo utilizará bombas atómicas en "circunstancias extremas".