CIUDAD DEL VATICANO. El papa Benedicto XVI ha afirmado que la Iglesia necesita sacerdotes alegres e integrados, "ya que si los jóvenes ven a sacerdotes muy aislados y tristes no se sienten animados a seguir su ejemplo".

El Pontífice así lo ha manifestado en su mensaje con motivo de la 47 Jornada Mundial de Rezos para las Vocaciones, que se celebrará el 25 de abril próximo bajo el lema "El testimonio suscita vocaciones", hecho público hoy por el Vaticano.

El Obispo de Roma escribió en su mensaje que el sacerdote debe ser hombre de comunión, abierto a todos, capaz de caminar unido con toda la grey del Señor, ayudando a superar divisiones, a reparar fracturas, a suavizar contrastes e incomprensiones y a perdonar ofensas.

"Si los jóvenes ven sacerdotes muy aislados y tristes, no se sienten animados a seguir su ejemplo. Se sienten indecisos cuando se les hace creer que ése es el futuro de un sacerdote. En cambio, es importante llevar una vida indivisa, que muestre la belleza de ser sacerdote, ya que entonces, el joven dirá: 'sí, este puede ser un futuro también para mí, así se puede vivir'", aseguró el Papa.

Benedicto XVI destacó que el sacerdote debe ser ejemplo de caridad y de colaboración fraterna y debe entregarse de manera incondicional a los fieles.

Asimismo debe dar testimonio con su propio estilo de vida y mantener siempre su celo por la evangelización del mundo.

Según el Papa, "se puede decir que las vocaciones sacerdotales nacen del contacto con los sacerdotes, casi como un patrimonio precioso comunicado con la palabra, el ejemplo y la vida entera.

Lo anterior, agregó, también sirve para la vida consagrada, de la que resaltó que los hombres y mujeres que la acogen "llegan a ser considerados signo de contradicción en un mundo cuya lógica está inspirada muchas veces por el materialismo, el egoísmo y el individualismo".

El Papa Ratzinger manifestó que el sacerdote debe imitar a Cristo "casto, pobre y obediente e identificarse con Él".