PARÍS. El que ha sido el prófugo más famoso de Francia desde su discreta huida de la cárcel el pasado 8 de septiembre, Jean-Pierre Treiber, ingresó la pasada madrugada en la prisión de Fleury Merogis, en las afueras de París, apenas doce horas después de ser capturado.

El fiscal de Auxerre (centro de Francia) François Pérain explicó a la prensa que se eligió el centro penitenciario de Fleury Merogis, en la región de París, por considerarse que se adecúa al "perfil" de Treiber -acusado de un doble asesinato en 2004-.

Esta es una forma de reconocer que no se había querido que volviera a la prisión de Auxerre, de la que se había escapado escondido entre unos cartones cargados por un camión en el taller donde trabajaba.

Antes de su ingreso en la cárcel, este hombre de 46 años había sido inculpado por esa evasión, lo que le podría costar tres años de prisión.

Un cargo que se suma a los de asesinatos por los que debe responder en un proceso ante el Tribunal de lo Criminal de Auxerre el próximo mes de abril.

Treiber fue arrestado ayer a media tarde en un pequeño apartamento de Melun, una pequeña ciudad al este de París, donde aparentemente se había beneficiado de la complicidad de varios "amigos de bar" -según la calificación de la policía-, seis de los cuales fueron también detenidos.

Precisamente fue el seguimiento de uno de ellos, varios de los cuales estaban sometidos a escuchas, el que permitió remontar la pista hasta el prófugo.

El seguimiento llevó a los investigadores hasta el pido de Melun, que supuestamente se encontraba vacío, y donde estaba Treiber, que no reaccionó al desembarco de los agentes de la unidad de operaciones especiales RAID, ni habló.

A Treiber se le reprocha la muerte de dos mujeres, Géraldine Giraud (36 años) y Katia Lherbier (32 años), que desaparecieron el 1 de noviembre de 2004.

El acusado fue arrestado el 23 de ese mismo mes con las tarjetas de crédito de las dos, y los cuerpos de las víctimas aparecieron enterrados en su jardín.

Durante las más de diez semanas en que ha permanecido huido, el caso ha sido muy mediatizado, en primer lugar por lo rocambolesco y lo preparado de su fuga, pero también por las cartas que envió a familiares, conocidos y a medios de comunicación, y por la idea que transmitía de que se escondía en los bosques y sobrevivía gracias a su experiencia de agente forestal de caza.

Seis días después de escapar de la cárcel, durante los que doscientos gendarmes habían rastreado un bosque de 70 kilómetros de largo, Treiber envió una carta al semanario "Marianne" para asegurar que era inocente de las imputaciones que pesan sobre él y asegurar que asistiría al proceso previsto en su contra.

También envió ese día otro mensaje a sus padres y, a finales de mes, desde un buzón a un centenar de kilómetros más al norte, otro a su pareja. En ellos, publicados por "Paris Match", contaba su existencia en los bosques.

La policía estuvo a punto de capturarlo el 9 de octubre junto al árbol en que dejaba cartas que escribía a conocidos e incluso fue filmado días después por una cámara de vigilancia, imagen que de nuevo apareció en la prensa.