A la hora de comprar un coche hay elementos clave que nos hacen decidirnos por un modelo u otro como el motor, el precio, la marca, el tipo de combustible o el equipamiento. Y un elemento accesorio en principio pero que suele ser objeto de una profunda reflexión es el color. Y casi siempre se elige por capricho, cuestiones estéticas o por favoritismo hacia un tono u otro.

Algunos sin embargo aplican la lógica y se decantan por colores claros por la creencia de que los automóviles con pintura de tonos oscuros es más propensa a sufrir accidentes ya que son más difíciles de distinguir en circunstancias de escasa visibilidad y luminosidad.

De hecho hay algunos estudios que concluyen efectivamente que los colores oscuros son más proclives a sufrir siniestros.

Un estudio de la Universidad de Auckland (Australia) confirma que los colores de coche con más accidentes son los marrones, negros y verdes. Por contra los grises, rojos y amarillos son menos propensos a sufrir accidentes.

En realidad hoy en día, con los equipamientos de seguridad y ayuda a la conducción que incorporan los coches, la siniestralidad no debería ser atribuible al color de la carrocería. Y más con la potencia y luminosidad de los nuevos sistemas de luces que hacen más llevaderas las circunstancias climáticas diversas.

El último de los estudios sobre este tema es de la empresa de sistemas de seguridad Roal Angel, que ha clasificado la pintura de los vehículos en función de su riesgo en la carretera. Y sostiene que los coches de color rojo son los más propensos a sufrir un accidente. Según sus investigaciones, hasta el 60% de los vehículos de pintura carrocería han sufrido en alguna ocasión un percance de importancia en carretera. Por ello serían los que más accidentes tienen.

Y ahí entra de nuevo la lógica, ya que el rojo es un color asociado a los coches deportivos, con motores potentes, a los conductores más jóvenes impulsivos, un sector ene principio de alta siniestralidad.

En la lista le sigue el marrón, ya que un 59% de propietarios con vehículos de ese color han sufrido un accidente. Detrás va el negro, con un 57% de los conductores accidentados. Aunque no hay una explicación contundente, estos dos colores oscuros harían que el coche sea menos visible y más proclive a ser alcanzado por otros vehículos en carretera.

Los coches blancos son los que menos accidentes suman, según el estudio de seguridad vial y, por cierto, es también el más habitual en las carreteras.

¿Afecta el color del coche al precio del seguro?

El color del coche no afecta al seguro del mismo, pese a los estudios de siniestralidad citados. Por tanto puedes escoger el color del coche que prefieras sin miedo a pagar más por tu seguro. Eso sí, teniendo en cuenta que las tonalidades claras son más visibles y fáciles de detectar en la carretera.

Lo que sí podría encarecer tu seguro es si la pintura es metalizada, ya que en muchas ocasiones es un extra que debes declarar al formalizar tu póliza y podría encarecerla ligeramente. Ello es debido a que es una pintura que requiere de más capas que una sin aluminio, lo que produce un encarecimiento del precio.