Si tu moto va a estar mucho tiempo parada deberás arrancarla durante unos cinco minutos, al menos una vez al mes. También debes moverla, aunque sea unos centímetros para que no se deformen los neumáticos y se ponga en marcha la cadena. Si puedes, lo mejor es colocarla en un caballete central... Pero si no has hecho nada de eso durante este confinamiento y vas a ponerte en marcha en la fase uno de desescalada, que esperemos legue el día 11, deberás de tener en cuenta una serie potenciales problemas para que no te lleves un disgusto.
El primer contratiempo puede venir al intentar arrancar. Una batería, que lleva tiempo sin actividad y sin recarga, acaba por descargarse. Además la batería tiene el peligro de llegar a un punto en el que sea ya irrecuperable si no la has desconectado ni le has dado alguna carga durante el parón.
Al arrancar después de meses sin hacerlo, al motor le falta lubricación con lo que aumenta el rozamiento de las piezas móviles y requiere que la batería esté en plena forma para moverlas.
Ahora mira hacia abajo. Los neumáticos han estado quietos aguantando el peso de tu moto sobre unos pocos centímetros de goma. Estos han podido deformarse, cuartearse y perdido presión. Revisa su estado de forma y dales la presión necesaria antes de ponerte en marcha.
El motor necesita de lubricación y si has estado mucho tiempo parado, todo el aceite se encontrará en el cárter, en el que se habrá escurrido, gota a gota, durante el tiempo que has tenido a tu moto confinada.
Hay motos en las que no es difícil poner unas gotas de aceite en el motor a través del orificio de la bujía, algo que ayudaría bastante al cilindro y al pistón en sus primeros movimientos. De todas formas, cuando arranques tu moto, aguanta el deseo de subir y darle gas. Mantén la moto a ralentí, o a bajas revoluciones durante un minuto para darle tiempo a la bomba de aceite a distribuirlo por el motor.
No solo el motor necesita lubricación, la transmisión también la necesita. Revisa la cadena. Tampoco estaría de más regalarle unas gotas de aceite. Cuando te pongas en marcha dile al puño de tu mano derecha que se calme y que deje que tanto la cadena como el piñón y la corona vayan cogiendo velocidad muy progresivamente, al tiempo que el aceite que has añadido a la cadena se vaya distribuyendo por toda la trasmisión.
La gasolina también pierde propiedades con el paso del tiempo, pero eso tu olfato lo detecta con solo abrir el tapón del depósito. Si huele.., bueno eso lo notarás enseguida, deberás retirar la gasolina y aclarar el tanque con gasolina nueva, quizás un par de veces. Y si eres un poco manitas no estaría nada mal que hicieras lo mismo con el carburador.
Revisa los niveles de aceite, líquido de frenos y de refrigeración (si tu moto tiene radiador). Si a los pocos minutos de comenzar la marcha observas que cae líquido por la horquilla es que los retenes han perdido flexibilidad. A veces el problema se corrige solo y no es necesario cambiarlos. Tampoco está de más engrasar manetas, estribos.., cualquier parte móvil.
Pero si la has arrancado unos minutos todos los meses, ponte el casco, las botas, los guantes y tus protecciones. Desescala tu moto con tranquilidad mientras regresas al asfalto. Marcha unos minutos a un ritmo bajo de revoluciones y dale gas poco a poco. Y vuelve a sentir de nuevo esa sensación que solo un motero conoce.