E l regreso de la interpretación Cupra permite al Ibiza formular una de las propuestas deportivas más satisfactorias y asequibles del mercado. La fogosa versión, animada por una mecánica gasolina sobrealimentada de 180 caballos, compagina ese elevado grado de solvencia con la suficiente docilidad como para ponerlo al alcance de cualquiera con un mínimo oficio al volante. El precio de esta sugestiva y bien pertrechada máquina (22.600 euros) tampoco es un obstáculo.

Las ejecuciones Cupra se han convertido en piezas codiciadas por la clientela más entusiasta de SEAT. Aunque la recesión que asola el mercado está cambiando mucho los hábitos de compra y se impone la moderación, todavía hay un sector de público que anhela creaciones emocionales. Hacia esos amantes de las sensaciones, casi siempre tan entendidos como capacitados, se encamina la nueva interpretación del Ibiza.

Sobre la base de un SC de tres puertas, el constructor del grupo VW pergeña esta portentosa pero bastante discreta variante Cupra, la sexta de su historia. Unos pocos retoques cosméticos y prácticos permiten a los iniciados deducir la verdadera naturaleza de este atleta: parrilla delantera de diseño exclusivo, tomas inferiores de aire, proyectores bi-xenón, iluminación diurna de LEDs, escape cromado central con forma trapezoidal, difusor superior trasero, llantas de aleación de 17", pinzas de freno rojas (opcionales), etc.

Lo que no se ve es más determinante. Por ejemplo el inquilino del vano delantero. En dicho hueco se aloja el propulsor gasolina 1.4 TSI, un corazón de inyección directa con doble sistema de sobrealimentación (turbo y compresor volumétrico). Da rienda suelta a 180 caballos, que llegan a las ruedas delanteras disciplinadamente y sin riesgo de estampida. El modelo gestiona esa entrega de potencia con ayuda de una eficaz transmisión DSG de doble embrague con siete relaciones y de un diferencial autoblocante electrónico XDS. La unión al suelo y el equipo de frenada han sido fortalecidos para ganar contundencia sin escatimar bienestar de marcha.

Este Ibiza Cupra sirve para lo mismo que cualquiera de sus hermanos, pero permite disfrutar de sensaciones de puro pilotaje cuando su propietario lo desee y las circunstancias lo permitan. En el escenario adecuado puede circular a 228 km/h de punta; también es capaz de progresar hasta 100 km/h en 6,9 segundos. Los datos de homologación aseguran también que, practicando una conducción sosegada, es posible recorrer cien kilómetros con solo 5,9 litros; ese consumo supone unas emisiones mínimas de dióxido de carbono de 139 g/km.

Cuesta 22.600 euros, importe a cambio del cual el comprador recibe un coche perfectamente pertrechado. A los elementos más o menos habituales suma testigo de presión de los neumáticos, los citados faros bi-xenón con luces diurnas, asientos con estructura anatómica, control de velocidad de crucero, pedales de aluminio, climatizador, cerradura del portón de accionamiento eléctrico, ordenador de viaje y SEAT Portable System (tableta extraíble que gestiona el equipo de sonido, la telefonía y el navegador).