Marc Márquez dejó este viernes una estampa de lo más curiosa. En los segundos libres del Gran Premio de Alemania, donde ha ganado once carreras de las que ha disputado, el piloto de Honda estuvo a punto de perder el control de la moto en la curva 11. El mismo punto en el que el japonés Takaaki Nakagami se había ido al suelo minutos antes.

La respuesta de Márquez, acostumbrado ya a estos sustos, no se hizo esperar y en el momento en el que recuperó el control de la moto reaccionó dedicando una peineta a su Honda. Algo que muchos han visto como un mensaje al equipo. Y es que el catalán había asegurado horas antes llegar al circuito de Sachsenring con "buena mentalidad". Sin embargo, viene de encadenar caídas y de sufrir con una moto que necesita mejoras a corto plazo.

Pese a las recientes caídas, la última en Mugello, y su historial de lesiones, aseguró que no piensa en una posible nueva lesión. "No me preocupa otra lesión, no podría mostrarme rápido en pista, si no. Pese al riesgo que estamos corriendo me siento preparado, estoy pilotando bien. Estoy como para estar en la pelea", aseguró. "Voy a continuar empujando para cambiar la situación de cara al futuro."