No diría que soy un experto, pero la verdad es que me desenvuelvo con cierta soltura en lo de administrar mi tiempo en el sofá de casa. El poco rato que me queda para el ocio en esta vida que me ha tocado en suerte (o en desgracia, según se mire), lo destino a aplicarme sobre una tabla de ejercicios para la búsqueda de la postura idónea trabajada durante años en el citado mueble del salón. Así, logro iniciar mi descanso mientras me intereso por la jornada de mis seres queridos que allí me esperan cuando llego a mi domicilio. Pero es que además trato de no perder el hilo de la sucesión de productos audiovisuales que pueblan las diferentes emisoras de televisión y plataformas de contenidos en redes y atiendo las alertas del móvil por si hubiera novedades informativas que administrar en todos los formatos en los que logramos sacar DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA de manera constante. Con esa capacidad multidisciplinar he llegado a una conclusión: quien trata de cubrir con un culo varias sillas acaba por no sentarse en ninguna. Ahora bien, aún siendo consciente de ello, al ritmo que discurre esta vida que nos hemos autoimpuesto y aceptado, hay ocasiones en las que solo es posible hacer las cosas a medias antes de morir atropellado por los acontecimientos.
