En esta demarcación territorial en la que nos ha tocado vivir pasan cosas fascinantes. Verbigracia. Carlos Mazón, que un año después todavía es capaz de pergeñar nuevas versiones inéditas de sus andanzas durante aquella aciaga tarde en la que 229 personas murieron ahogados por la dana, consiguió reunir en el aniversario de la tragedia a más de cien cargos públicos de su partido en un acto abracadabrante en el que, tras afirmar que “hubo cosas que debieron funcionar mejor” –229 muertos lo evidencian–, el auditorio le aplaudió. Plas, plas. A Mazón le vino la realidad en forma de bofetada metafórica cuando acudió por la tarde al homenaje a las víctimas. Ojo con los aplausos, los carga el diablo: al parecer, dirigentes del PP valenciano ya han trasladado a Génova su apoyo a Vicent Mompó, presidente de la Diputación de Valencia, para suceder a Mazón. Los que aplaudían... ay, si ya lo decía el amigo Winston (Churchill), aquella historia de que los de la bancada contraria son los adversarios y los de la propia los enemigos... Y es que quizá la realidad que golpeó a Mazón en ese homenaje igual también golpeó a otros que puede que empiecen a temer que la factura del Ventorro se va a tener que pagar a escote. Siguiente capítulo, si no hay sorpresas antes, mañana con la declaración ante la jueza de la periodista que compartió mantel con Mazón aquella tarde.