Probablemente sea la anécdota dentro del absoluto sinsentido de tintes autoritarios que Trump ha desatado en California, con el despliegue militar unilateral en las calles de Los Ángeles para respaldar su política antiinmigración. Resulta que en algunas de las protestas contra las detenciones de migrantes, en las más violentas, los manifestantes han quemado vehículos de Waymo, los robotaxis de Google que circulan sin conductor mediante inteligencia artificial. El asunto ha llegado a tal punto que Google los ha retirado del servicio. Al parecer, el asunto tiene más miga que el simple vandalismo. Participantes en los disturbios han elegido a los waymos, explican las crónicas, entre otras cosas como respuesta a las cámaras que utilizan estos vehículos para circular y que, por el camino, graban el entorno del vehículo. Esas imágenes están en manos de Google. Y ahora, casualidades de la vida, recordemos aquella foto de la investidura de Donald Trump, con varios personajes aplaudiendo en segunda fila. Estaban Musk, Zuckerberg –fundador de Meta, matriz de WhatsApp o Instagram–, Bezos –fundador de Amazon– y Pichai, CEO de Google. Casualidades de la vida, el ejercicio autocrático del poder, el papel de los gigantes tecnológicos, cómo convergen los intereses de Trump y Silicon Valley que, más casualidades, está en California, estado demócrata.
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